The power of the dog

Tenía gran expectativa esperando el estreno de este western dramático basado en tres aspectos: el trailer, la actuación de Benedict Cumberbatch (Londres, 1976) y la dirección de la neozelandesa Jane Campion (Wellington, 1954).

La directora, quien reside en Australia, es una exquisita guionista que lamentablemente crea poco. Cabe destacar que odia las historias de personajes superhéroes y sus elecciones recaen sobre protagónicos simples y perdedores, lo que genera un touch adicional propio de sus películas.

La lección de piano, 1993, es suya y es un film que siempre está al acecho en forma recurrente en mi mente, no por su temática, que vagamente recuerdo, sino por ciertas escenas sublimes y poéticas que hablan mas que mil palabras.

La escena cuando la protagonista interpretada por Holly Hunter viene arrastrando el piano y cae bajo la lluvia en el barro con una enorme falda negra, es una obra de arte.

También la actuación del Harvey Keitel, que muy al estilo de las obras de Campion, es poco comunicativo con palabras y muy rico a través de sus gestos.

Esta película va por el mismo camino.

Y también hay un piano.

Todos sus protagonistas son enigmáticos. Todos logran atrapar la atención del espectador quien al principio no entiende por dónde va la temática percibiendo que hay algo subyacente detrás.

El joven actor Kodi Smith-Mcphee (Australia, 1996) no se queda atrás de sus pares mayores.

Desde mi parecer, la película es una obra de arte. Ideal para cerrar el ciclo de un año que va diciendo adiós.

La ambientación un tanto lúgubre, la escenografía, el colorido uniforme, los paisajes, el vestuario, pero fundamentalmente las actuaciones son fuera de serie.

Seguirla es un gran desafío. Campion a modo de acertijos va dando información muy sutil con la cual va armando la trama. Pocas palabras, muy rica en miradas, en gestos, en actitudes.

El final es inesperado y genera conmoción al espectador que queda boquiabierto.

Repasarla tramo a tramo no me permitía conciliar el sueño.

Palabras mayores. Una obra de gran destaque.

La temática es muy amplia. Toca temas subyacentes, diferentes a lo visual, que se convierten en protagónicos.

Hice que lo que nunca. Volví a ver los últimos 25 minutos prestando más atención a ciertos aspectos muy sugerentes, cargados de una información que requieren una decodificación minuciosa por parte del espectador, amén del deleite de su escenas, actuaciones y música.

Por lejos de lo mejor que he visto este año.

Creo que la volveré a ver.

Está basadlo en la novela escrita por Thomas Savage la cual debe de ser muy leíble también.


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