Viendo Succession (HBO), no sé si es una parodia, una tomadura de pelo a esas familias dueñas de enormes emporios de empresas con un padre al frente y un séquito de inútiles hijos que se pelean por tener poder, o es la triste realidad.
Digo triste pues es una familia dueña de varios medios de comunicación y entretenimiento quienes en definitiva digitan lo que consumimos.
En las 4 temporadas solo se habla de estrategias para lograr escalafones más altos dentro del grupo, pero nunca se habla de actividades laborales y tampoco de las capacidades de cada uno.
Ninguno de ellos tienen una rutina laboral.
Prefiero creer que es una comedia y no una realidad.
Algunos capítulos están cargados de adrenalina, pero otros, la mayoría, son tediosos donde la cámara no sale de discusiones entre los integrantes del clan uno más idiota, amoral y ridículo que el otro, algunos con baja autoestima.
La falta de escrúpulos y de respeto llega a límites obscenos, pero la serie de todas formas es adictiva.
Da cuenta de cómo se desenvuelven ciertas personas en ámbitos de tanta riqueza sin presumir de ello, sin hacer foco en ello, pero siempre con el lujo latente.
El capítulo dedicado a la celebración de un cumpleaños en The Shed, NYC, donde también muestran a la escultura Vessel, es grandioso, pues nos permite apreciar otra faceta de este espacio.
Una boda llevada a cabo en la Toscana, también es un deleite visual.
De todas formas estoy deseando terminar de verla para pasar a otra cosa.
Las actuaciones son todas extraordinarias, pues quiero creer que deben de hacer grandes esfuerzos para encontrar y sacar esos personajes tan idiotas que representan.
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