Que triste noticia que este gran amigo haya partido pero por otro lado me reconforta que se haya ido en paz y sin sufrimiento alguno.

José Ortiz de Taranco ha sido una noble persona, generosa a más no poder, siempre cálido con una sonrisa en su rostro.

Batalló en varios enfrentamientos de su vida y más allá de los aparentes resultados no siempre exitosos no dudo de que siempre triunfó con su don persona, su nobleza y fundamentalmente su amor y gran ejemplo de vida.

Verle y charlar con él siempre fue un deleite para mí.

Pocas personas como él he tenido el gusto de conocer.

Siempre animado, predispuesto y simpático.

Fue también un gran historiador motivado por su propia familia que tanto aportaron al país.

José se dedicó en cuerpo y alma a difundir la historia de sus antepasados y a preservar el patrimonio legado al país.

Era un placer verlo circular por las salas del Museo Taranco tan entusiasta recordando las instancias vividas allí que de forma tan amena relataba.

Partió en medio de una entrevista para los medios que le estaban haciendo, que es lo que más disfrutaba.

Hasta el fin de sus días estuvo ocupándose de su gran pasión.

Los tiempos de Dios son otros diferentes a los que percibimos y seguro que a José le esperan donde esté mucha gloria y realización.

Para mí siempre fue y será un ejemplo de vida, de lucha y pasión donde nunca se le vio un solo rasgo de resentimiento alguno.

Descansa en paz José querido y que Dios te reciba a su lado donde seguro estás.

Nuestra amistad continuará siempre.

Mis más sentidos pésames para sus hijos y nietos.