Museo Casa Rembrandt

Amsterdam, Holanda.

Ciertos acontecimientos al inicio negativos, pueden resultar a veces beneficiosos.

Cuando Rembrandt (Leiden, 1606-1669) debió de pagar sus deudas, tuvo que mal vender sus obras de arte y entregar su lujosa casa ubicada en Amsterdam.

Rembrandt fue el artista más destacado de la edad de oro neerlandesa, el momento cumbre de la cultura, ciencia, comercio, poderío e influencia política de los Países Bajos.

Además de ser artista, Rembrandt también fue un gran coleccionista a la vez que comerciante, puesto también vendía obras de otros artistas además de las suyas.

A los pocos años de haber contraído matrimonio con Saskia van Uylenburgh, compró en 1639 la que es hoy su museo, para lo cual se valió de una hipoteca. Allí era el barrio judío donde vivía la gente de mayor poder económico a quienes pretendía tener de clientes.

Luego de unos años que su esposa falleciera en el parto del único hijo que tuvieron, Titus, Rembrandt debió de deshacerse de sus bienes en 1656, para pagar las grandes deudas que tenía ya que siempre vivió por encima de sus posibilidades.

La lista de objetos subastados se ha conservado, y da una idea de las posesiones materiales del pintor entre los cuales figuraban dibujos y pinturas de los viejos maestros flamencos, bustos de emperadores romanos, fragmentos de armaduras japonesas, curiosidades traídas de Extremo Oriente, y colecciones de rarezas naturales y minerales.

Cómo el dinero obtenido le resultará insuficiente, en 1660, debió de desprenderse también de su casa poniéndose bajo el cuidado de su hijo.

El detalle de todo lo vendido, ha sido de una gran ayuda a la hora de escribir su biografía. Por ello, podemos decir que ese gran problema que significó para él, nos ha sido de gran ayuda.

Su casa, construida en el mismo año en que nació el artista, es hoy un museo, que se ha armando con elementos similares de acuerdo a esos documentos obtenidos.

La casa contaba con una importante recepción, sala de exhibición, su taller así como el de sus alumnos.

Llama la atención la gran luminosidad de las salas, elemento de vital importancia para sus pinturas.

Actualmente se está llevando a cabo una exhibición de grabados que fueron donados para el museo.

Son producto de la generosidad de la coleccionista Neenke Fraenkel-Schoorl (1942), quien entendió que allí sería su mejor destino.

“Mi colección ha encontrado su verdadero lugar aquí. Todo es apreciado y va a estar mantenido bien. Toda la colección se va a mantener unida.

Representa la coronación para mi trabajo”, dijo la coleccionista.

Los grabados pertenecen a destacados artistas como Édouard Manet, James Whistler, entre otros correspondientes al periodo comprendido entre 1850 y 1940.

Llama la atención la selección de artistas mujeres entre las cuales se encuentran Berthe Morisot, Mary Cassat.

Tuve la oportunidad de conocer a la coleccionista con quién estuve charlando y a pesar de su bajo perfil, accedió a tomarse una fotografía conmigo.


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