Resistencia, Argentina.
Dentro de los siete artistas invitados en la XIII Bienal del Chaco tuve la oportunidad de conocer a dos que particularmente me interesaron.
Milagro Tejerina (Caimancito, 1970) proviene de Jujuy y trabaja con textil que crea ella misma.
Es también docente de la Facultad de Arquitectura de la UNT.
Comenzó diseñando indumentaria femenina en lana de oveja y de llama que combina con otros materiales todos provenientes de su verde entorno teñidos con tintes naturales.
Milagro es una preciosa persona muy segura en sus propuestas. Verla trabajar es un acto muy enriquecedor.
Hay obras que son muy ricas e interesantes en su proceso de creación.
Estuvimos un largo rato charlando mientas ella iba cociendo y trabajando en su propuesta.
Acompañada de su equipo, todos muy receptivos y simpáticos, Milagro me estuvo contando sobre su carrera y sobre esta propuesta para la Bienal.
La misma consiste en presentar un grueso tronco del árbol Palo Borracho compuesto de fieltros de donde emergerán flores y peces símbolos de vida.
Este árbol tiene una rica historia y en ciertos lugares es muy venerado.
La leyenda de la cultura wichi dice que de estos árboles proviene el agua de los ríos Amazonas, Bermejo y Pilcomayo, albergadas en sus hinchados troncos.
También sus frutos compuestos por unas fibras similares al algodón son muy versátiles en sus usos como es el caso de las almohadas usadas para las personas con problemas respiratorios pues este material repele cualquier tipo de ácaros.
Por su lado las ramas extendidas en las altas copas de estos árboles hablan del vínculo afectivo entre el hombre y la naturaleza.
La flora y la fauna son fuentes inagotables de información así como de sanación y la propuesta de Milagro va por ese camino.
Escucharla hablar es un deleite sumamente emotivo.
Su convicción a la vez que su destreza como textilera atrapan.
Le gusta caminar entre los bosques y en particular entre las yungas, término que tuve que averiguar su significado.
El verde la nutre y esa conversación entre ella y su entorno natural son los motivos centrales de sus obras.
Milagro obtuvo el premio adquisición Presidencia de la Nación a la primera mejor obra del Salón Nacional de Artes Visuales 2022 de Buenos Aires.
Por su lado Camilo Guinot (Buenos Aires, 1970), proviene de un ámbito urbano pero también trabaja dentro de una línea similar en constante conversación con la naturaleza que utiliza para establecer diálogos con la ciudad.
Amigo de la naturaleza se desempeña haciendo uso de materiales naturales como las raíces y ramas de los árboles.
Para la Bienal estará presentando un cono compuesto por cerillas de fósforos quemados.
A priori nos cuesta imaginarnos que podría surgir de ello pero el resultado supera todas nuestras expectativas.
Su obra es seductora y atrapante hasta decir basta.
Su diseño se asemeja a un ser vivo en constante movimiento.
Verle trabajar es una experiencia de arte inmersivo.
Para esta ocasión trabaja sentado sobre un escritorio pegando uno a uno las cerillas de sus fósforos quemados dentro de un ejercicio de plena paz que conduce hacia una franca introspección.
Participar en el proceso de su creación me enriqueció el alma y atrapado en su dimensión cosmológica me llevó a pedirle que me permitiera pegar una colilla en su obra.
En una entrevista concedida a raíz de su muestra “Deriva Constructiva” que se llevó a cabo en 2022 en el Museo Provincial de Arte Contemporáneo MAR, en Mar del Plata dijo :
“Cada rama es un patrón constructivo, fragmento amputado a un organismo y unidad cronológica. Acumuladas y estructuradas en el espacio resultan un racimo de tiempo tangible”
Algo muy acertado que define y concreta su línea de trabajo.
Guinot expuso en Montevideo una obra de tamaño monumental en el Espacio de Arte Contemporáneo (EAC).
Lo animé a su regreso y dentro de sus planes está poder hacer algo en Punta del Este.
Ojalá que lo podamos ver por allá.
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