México, a mi regreso

Viajar no es solo ir. Es preparar el alma, elegir las canciones, leer los libros. Es perderse por las calles sin nombre y dejarse abrazar por extraños en plazas llenas de historia.

Es fotografiar balcones, manos y mercados.

Es volver a casa y seguir viajando cada vez que miramos una foto o escuchamos una canción. Asi fue mi regreso a México … y ya estoy soñando el próximo.

Los viajes se disfrutan en tres instancias diferentes.

En primer lugar la enorme satisfacción que conlleva elegir un destino e ir preparando el itinerario.

Ello implica seleccionar las ciudades, definir el medio de transporte que nos permita ir entre una y otra, informarse, leer literatura contemporánea del país a visitar, ir descubriendo lo autóctono para conciliar con el espíritu de cada lugar, aproximarnos a la gastronomía típica y tratar de determinar a priori la idiosincrasia del lugar.

Cada hallazgo es motivo de alegría y provocación. Un reto que se nos presenta hoy día es, en mi caso al menos, eludir los lugares populares tan asediados por el turismo estimulados por reseñas en las redes, dando la oportunidad al encuentro fortuito con espacios que nos seduzcan, lo que en algunos casos dependerá asimismo de nuestro estado emocional del momento por encima de la espectacularidad del lugar.

Frente a cada planificación de viaje también me gusta crear una playlist con cantantes del lugar que me faciliten comulgar con mayor afinidad con el país a visitar.

Los comienzo a escuchar mientras preparo el itinerario y también dejo espacio para que otras canciones se vayan incorporando durante el viaje.

La segunda instancia de un viaje es el durante, o sea llevar a cabo lo planificado y disfrutar del paseo.

Me gusta tanto vivir los lugares como que los lugares me vivan a mi.

En algunos casos habrá circunstancias que no colmen nuestra expectativa pero también aparecerán otros lugares que nos sorprendan y nos permitan un gozo absoluto e inesperado.

Cada itinerario diario lo preparo 24 horas antes siempre dándole prioridad al museo con el cual comenzaré. Luego y en función de la zona planifico el resto.

Es fundamental llegar a un museo con la mente despejada y el cuerpo descansado y no atosigarse en el recorrido. Por el contrario, una buena planificación nos permitirá una cobertura mas apetecible y enriquecedora. El menos es mas en estos casos es una regla a cumplir.

Cuando viajamos tendemos a pretender abarcar todo un museo y luego salimos sin saber lo que vimos y sin haber dado la posibilidad de sintonizar siquiera con las propuestas.

Los museos, siempre al comienzo del día, con cuerpo descansado y mente clara.

Los altos o paradas durante el día no solo nos permiten descansar físicamente sino que nos generan la posibilidad de reflexionar y despejarnos donde el ver la gente pasar a nuestro lado se convierte en una excelente película acomodados en una regia platea.

Un cafecito acompañado por un bocadillo típico nos conduce al sentido de  pertenencia del lugar como un coterráneo mas, siempre discreto pero atento al quehacer que gira alrededor nuestro.

La selección de la gastronomía es vital. Comer lo que se produce en las ciudades, al menos probarlas es fundamental.

Escoger el hospedaje en un lugar céntrico nos facilita también un breve descanso luego de almuerzo para luego seguir disfrutando del paseo con mayor energía.

También me gusta escoger hoteles típicos dentro de cada ciudad, en lo posible dentro de la categoría “boutique” ubicados en casonas de época adaptadas para hospedar.

Otro tema que valoro mucho es ser recibido por amigos que vivan en la ciudad que visitamos. Un encuentro en un cafetín, un restaurante o un paseo, son comodines que nos facilitan la interacción y por ende nos permite captar mejor el espíritu del lugar, esencia de todo viaje.

Siempre que viajo pretendo inmiscuirme entre las personas del lugar tratando de pasar lo mas desapercibido posible y tratando de no dar la nota turística, donde solo el esfuerzo vale la pena y es bien visto por los lugareños. 

Hay dos manera de viajar: siendo turista y mirando todo desde la óptica extranjera juzgando o dejándose seducir y en algunos casos hasta engañar, o actuar como viajero descubriendo y guiándonos por nuestro propio olfato llegando siempre con información lo mas objetiva posible.

Por norma eludo todo lo preparado para el show turístico.

El hecho de equivocarse, de perderse, de tomar una decisión errada, también son factores que enriquecen nuestros viajes.

Cuantas veces estando perdidos hemos encontrado lugares inesperados que nos brindan hermosas instancias.

El caminar una ciudad se transforma en un modo de conocer y descubrir.

Echo mucho de menos los mapas impresos de las ciudades que hoy día han desaparecido y en muchos casos el uso del transporte público no nos facilita comprender los esquemas de las ciudades.

Por esta razón es que prefiero recorrer a pies zona por zona encontrándome con lugares inesperados como me sucedió en Ciudad de México donde terminé almorzando en un restaurante montado donde otrora funcionara un taller mecánico en medio de un barrio destinado a la venta de autopartes de coches.

Seguramente que allí el único extranjero era yo y el hecho de poder compartir los hábitos y costumbres de los locales es la mejor manera de viajar y consustanciarse con el entorno.

Me gusta que las ciudades me guíen y me vayan susurrando al andar.

Tener tiempo para charlar con su gente, escuchar los sonidos de la ciudad y oler sus aromas nos colman el alma confirmando nuestro destino escogido.

Guanajuato me regaló un abrazo inolvidable a través de una  señora.

La seducción de una señora vestida toda en tono de rosa sentada en una plazoleta en Guanajuato me resultó una puerta abierta para una linda conversación que terminó en un fuerte abrazo emocionado con este encuentro que fue tan fortuito como providencial.

Una buena acogida de la gente que se nos cruza en la calle nos facilita un día mucho mas distrutable y rico en todo el abanico de opciones que se nos van presentando.

En mi caso la fotografía es una buena compañera de ruta.

Tengo decenas de categorías de temáticas que persigo con mi cámara.

Balcones, bicicletas, caballos, calles, coches, flores, gastronomía, iglesias, manos, mercados, músicos , novias, paredes, parejas, puentes, retratos, rejas, sombreros, vendedores, vidrieras, son algunas de tantas categorías que busco y que luego a mi regreso voy clasificando.

La tercera instancia es el regreso a casa donde comenzamos a vivir el viaje a través de los recuerdos, de las experiencias que poco a poco van madurando en nuestro interior, las que en algunos casos se van enriqueciendo a medida que las procesamos y comentamos.

Repasar una travesía es un viaje constante en el tiempo pues nos enriquece. El hecho de compararlo con nuestra vida cotidiana local nos permite una mayor valoración a la vez que nos hacen mas considerados y reflexivos y fundamentalmente mas humildes como integrantes de la gran diversidad de culturas que habitan sobre el planeta.

Las fotos en esta etapa nos facilitan el deleite mucho mas aun recordando momentos vividos revividos también con la ayuda de la música.

Un viaje no es solo un ida y vuelta. Un viaje es sabiduría que nos penetra a través de las experiencias vividas.

Siempre regreso feliz a mi casa, cansado pero ni bien tomo aire, ya estoy pensando en el próximo.

Regresé a Mexico buscando su colorido, su variedad de etnias, su gastronomía y multiplicidad artística y todo estuvo acorde a mis expectativas y mas.

La museología es fuera de serie lo que esta alineado con los grandes coleccionistas internacionales donde los mexicanos se encuentran entre los primeros diez dentro del ranking de los mas destacados del mundo.

México es una gran nación compuesta por grandes contrastes bien equidistantes. 

El país no logra desprenderse de grandes traumas que arrastra desde que fuera invadido por los españoles, lo que sumado a la cercanía de los Estados Unidos le ha generado muchos problemas también debido fundamentalmente a lo carteles que producen las drogas que los estadounidenses consumen.

El país tiene costas sobre los océanos Pacífico y Atlántico con hermosas ciudades costeras las que reciben un enorme público internacional. Sus vestigios históricos prehispánicos y la gran variedad de pueblos cada uno con su idioma y trajes típicos, lo convierten en un país muy demandado por el turismo convirtiendo algunas ciudades como el Distrito Federal y otras como San Miguel de Allende en lugares escogidos por los estadounidenses que han optado por residir allí, lo que genera que en algunas zonas se oiga mas el uso del idioma inglés  en lugar del español. Algo que por cierto ocurre pero en forma inversa en los Estados Unidos cada vez con mayor frecuencia.

Mas allá de la peligrosidad en sus calles, la corrupción, el narcotráfico y demás aspectos negativos que afectan al país, los mexicanos logran a partir del uso de una gran paleta de colores aplicada en sus ciudades, artesanías y vestuario, sumado a la rica y variada arquitectura prehispánica, colonial y moderna, a convertirse en un destino muy demandado por los turistas a la hora de vacacionar. 

La hotelería así como la locomoción tanto urbana como ínter urbana funciona a la perfección donde los autobuses son muy cómodos y lo mas importante es que son sumamente puntuales.

Sin dudas México es el país mas rico culturalmente de todo Latinoamérica y eso se disfruta desde que ponemos un pie allí.


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Comentarios

2 respuestas a «México, a mi regreso»

  1. Avatar de DBC
    DBC

    Daniel maravilloso relato , trasmites tu pasión y nos enseñas permanentemente .
    Gran viajero ! Muchas gracias por compartirlo ! 🥰👏👏🙌🙌

  2. Avatar de Luis Márquez
    Luis Márquez

    Un texto excepcional para todo aquel que quiera viajar. Por México o por cualquier otro país.
    Muchas gracias por compartir!
    Abrazo grande
    Luis Márquez

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