Hoy volví a viajar hacia el pasado a través de ”Media noche en París” filmada en 2011.
La libertad que Woody Allen se toma para frecuentar al París de los años 20 del siglo pasado, nos permite recorrer esa época tan gloriosa para los amantes del arte y literatura.
Gertrude Stein, Pablo Picasso, Ernest Hemingway, Cole Porter, Scott y Zelda Fitzgerald, Salvador Dalí, Luis Buñel, Man Ray, son algunos de los entrañables personajes que dan vida a este viaje de ficción.
También la película nos lleva hasta la Belle Époque parisina, donde Henri de Toulouse-Lautrec, fiel representante de la vida nocturna, comparte una velada con dos grandes pintores de la vanguardia como fueron Paul Gauguin y Paul Degas.
A la película, realizada con toques mágicos, no le falta tampoco el humor marcado por la particularidad curiosa e ingenua de su protagonista Owen Wilson (Dallas,1968), que no podría haberlo hecho mejor.
El film está cargado de gracia, sutileza y una exquisita sensibilidad donde también hay lugar para el pequeño pero entrañable papel que interpreta Carla Bruni, ubicada en la época actual, que lleva a cabo como guía del Museo de Rodin.
Cómo dijera Jorge Manrique, “todo tiempo pasado fue mejor” y Woody Allen juega con el tiempo que va y que viene, permitiéndose a través de pinceladas, ciertas libertades que animan nuestro mundo real y del cual, de vez en cuando, tampoco está mal evadirse, mucho más aún por las hermosas postales parisinas.
Y como dijera un personaje de la película: “que París exista y que alguien elija vivir en cualquier otro lugar del mundo siempre ha sido un misterio para mi”.




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