María Magdalena

Debo reconocer que más allá de mi curiosidad, me negué varias veces a ver esta serie.

Había leído que habían cuidado mediante especialistas y profesionales los detalles de época, vestuario, alojamientos, la reconstrucción de los lugares en general, etc y fue rodada en Marruecos así como al desierto de Colombia, pero el trailer se parecía más a una telenovela mexicana que a la historia de Jesús de acuerdo a los relatos bíblicos.

La vida de María Magdalena es apócrifa, o sea no está totalmente aceptada, y fue escrita luego de su fallecimiento. Tampoco figuran tantos detalles de su vida en la Biblia más que algunos pocos.

Por dicha razón, debemos pactar y acordar con el director dándole crédito en esta historia que tiene partes noveladas.

Al principio cuesta adentrarse en la misma y hay que dejar de pasar varios capítulos hasta acostumbrarnos a ver y oír hablar en español colombiano, mexicano y de Centro America, a un grupo de actores que representan personajes sagrados como lo son para los católicos.

Así van sucediendo dos historias, una que habla de María de Magdala, feminista, esclava, prostituida a la fuerza, amante, gran mujer tan apasionada como incomprendida y la otra donde poco a poco va apareciendo Jesús en sus últimos tres años antes de su crucifixión.

Una vez metidos en la historia vamos formando parte de la misma y casi en forma adictiva nos vamos dejando seducir.

Tal vez los actores no representan exactamente a los apóstoles y demás personajes bíblicos como siempre nos los hemos imaginado, pero no por ello se nos hacen menos creíbles y hasta llegamos a identificarnos con muchos en sus diversas facetas. No en vano Jesús escogió esa diversidad de apóstoles donde estamos todos representados un poco en cada uno con sus luces y defectos.

El papel de María Magdalena está representado por Fernanda Yepes de forma extraordinaria pero todos los elogios se los lleva Manolo Cardona en el papel de Jesús quien borda magistralmente el personaje llevándonos a emocionar en varios pasajes.

Un Jesús humano, cercano, cálido, amigable, comprensivo, complaciente y severo a la vez, en fin, el amigo que todos nos gustaría tener a nuestro lado y que nos ayuda a acercarnos mucho más aún al Jesús verdadero.

Una serie que sin lugar a dudas evangeliza, nos facilita el

entendimiento de muchas cosas.

No me atrevería a decir si la serie tiene el mismo efecto para católicos y no católicos pues yo la vi desde mi Fe, pero quiero creer que gustará a todos.

Al menos me animo a recomendarla.

Son 60 capítulos que se ven divinamente, nunca un término mejor aplicado.


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