Venecia, Italia.
Uno de los aportes extraordinarios en Venecia son las llamadas exposiciones colaterales que se suscitan a la par que la Bienal.
A pesar de estar fuera de contexto, generalmente son de suma importancia.
En esta 59 edición se presentaron treinta muestras colaterales entre las que destaca esta llevada a cabo en Procuratie Vecchie en la piazza San Marco.
Louise Nevelson de familia judía, nació en Ucrania en 1899 y a los siete años, se mudó junto con su familia a los Estados Unidos donde vivió el resto de su vida.
Luego de haberse casado con un hombre perteneciente a una familia naviera perteneciente a la alta clase americana, para quienes comenzó
trabajando como secretaria, y ya habiendo dado a luz su único hijo, decide separase para emprender su vida detrás del arte, lo que no era bien visto ni para su esposo ni para el resto de la familia de él.
De esa forma, Louise a fuerza de tesón y sacrificio, se hizo un lugar dentro del arte.
Si el ámbito artístico en New York era machista, mucho más aún lo era entre los escultores.
Viéndose en la necesidad de trabajar con bajo presupuesto, comenzó a recolectar muebles y demás objetos que la gente de la ciudad dejaba en las puertas de sus casas para que fueran recogidas por los recolectores de basura.
De esa forma, Nevelson, comenzó a deshuesar las piezas para usarlas creando las propias, en lo que se denominó ensamblaje, formato artístico donde ella fue la pionera.
Es considerada la antecesora de muchas artistas feministas que recuperaron objetos domésticos recogidos en la basura para crear obras de arte.
Luego pintaba todo de un color monocromo usando el negro, el blanco y el dorado, cada uno con un significado diferente dependido de las distintas épocas de su vida.
Le llevó mucho tiempo ser reconocida y valorada.
Debió de protegerse mediante una coraza de mujer fuerte y valiente.
Se valió de una estética personal muy particular y llamativa marcando tendencia en el ámbito femenino del arte. Era una mujer embestida en un traje que emanaba respeto.
En 1962 representó a los Estados Unidos en la 36 Bienal de Venecia junto con otros tres artistas, donde fue motivo tanto de elogios como de malas críticas.
Uno de los principales problemas para el ámbito escultórico era que fuese mujer.
A 60 años, Venecia le vuelve a rendir homenaje en una fastuosa exposición de visita obligatoria, llamada Persistence.
La misma está dividida en nueve sectores, uno en cada sala, con una selección representativa de cada estilo.
De la escultura al ambiente; No quiero que el color me ayude; Collage; La cuarta dimensión; Artillería; Moon Spikes & Sky Cathedral; Acción y reacción; Distribución y transfiguración y Negro, blanco y oro.
Se trata de una de las mejores exhibiciones junto con la de Anish Kapoor, dentro del ámbito de la Bienal de Venecia.
Tuve la suerte de verla solo, pues fui a primera hora y el lugar tampoco es muy concurrido.




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