Laos, a mi regreso

Llegar a Laos, es un remanso.

Sin dudas el país, mas afectado por las sucesivas guerras, fundamentalmente la civil y se nota que aun no ha despegado a la par de sus vecinos.


Allí, fluye, la espiritualidad, marcada por las permanentes presencias de los monjes budistas, que son la atracción al país, fundamentalmente en Luang Prabang, su ciudad, mas visitada declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
No queda otra que relajarse, y dejarse fluir por el animo del lugar y seguir los pasos marcados, por donde pasó Buda.
Muchos templos y una gente muy amena y con un paso acorde a la lentitud del país.
Disfruté mucho la calidad de sus Boutiques hoteles, tanto en Luang Prabang, como en Vientiane, capital del país, todas edificaciones de una solo planta, algunos, otrora residencia de la monarquía, insistente al día de hoy.

Llegué al país, en pleno festejo del Año Nuevo Laosiano, donde todo se celebra tirándose agua entre la gente, desde la llegada al aeropuerto, donde fui recibido con un collar de flores y un chorro de agua.


Imposible salir a la calle durante el día, si no es en coche, con los vidrios herméticos, a no ser que pretendas un regio baño, en algunos casos acompañados con aceite, tierra, harina o lo que fuera. Es la forma que tienen de bendecirse, pero los chicos, lo transforman en alborotadas fiestas, lo que sumado al alcohol, termina convirtiéndose en otra cosa. De todas formas, el país, es muy severo con sus controles policiales y políticos y las cosas no llegan a mayores como en los países vecinos, donde en algunos barrios los muchachos, se agreden severamente entre grupos tribales diferentes.

En Luan Prabang, el día siempre comienza, con la bajada de los monjes desde sus templos, que vienen a recoger la comida así como dinero, que la gente les dona, acontecimiento que se da en tempranas horas de la mañana y que dura no mas de media hora, por lo que hay que madrugar mucho!

Me conmovieron mucho los chicos que se les ve por todos los sitios, con muchas carencias.
Es una costumbre, comprarle la libertad tanto a peces como a pajaritos, que cazan a diario una y otra vez, para homenajear a Buda, y que tus deseos sean escuchados y cumplidos, espero…

Vientiane, no tiene muchas razones para ser visitada, amen de que allí se encuentra el único aeropuerto internacional para partir.


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Comentarios

Una respuesta a «Laos, a mi regreso»

  1. Avatar de Daniel Benoit Cassou

    Que impecable daniel las fotos!!!!!
    creo que compartimos el gusto por los viajes.
    un abrazo
    Mario Stefanoli

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