La sombra del pasado

Los alemanes quedaron muy estigmatizados luego de la Segunda Guerra Mundial, marcados y señalizados por las atrocidades que llevaron a cabo los nazis.

Con posterioridad y durante varios años, todo lo proveniente de ese país no era siquiera considerado y en todos los ámbitos les costó lograr protagonismo y respeto.

En el ámbito artístico tampoco hubo excepciones.

Mismo los artistas que nacieron durante la guerra y con posterioridad, tuvieron problemas para ser considerados.

El artista alemán más destacado y con proyección internacional fue Joseph Beuys ( Krefeld, 1921-1986) quien producto de un accidente aéreo al servicio de la guerra, abandonó su carrera de medicina para dedicarse al arte.

Luego de haberse recuperado de su accidente bajo el cuidado de los tártaros de Crimea quienes se ocuparon de él durante un año con tratamientos en base a miel y fieltro, Beuys regresó a Alemania y cambió el concepto del arte completamente.

Su consigna fue la de utilizar el arte para sanar al ser humano.

Fue profesor de escultura en la universidad de Düsseldorf y nunca enseñó siquiera a tallar.

Arte es pensar, era su consigna, razón que le costó su puesto frente a la incomprensión del staff de la universidad.

Durante sus años al frente de la cátedra, tuvo de alumno a Gerhard Richter (Dresde, 1932) quien había logrado huir de Alemania del Este pocos días antes de la creación del muro.

Richter se había formado en la escuela de Bellas Artes de Dresde donde utilizaba sus obras al servicio de la propaganda nazi de la cual formaba parte sin derecho a escoger. Se destacó con sus murales aunque no formaban parte de su interés, sino que fue la oportunidad de generar ingresos.

Era un buen pintor y dibujante lo que le implicó un gran desasosiego a la hora de asimilar las enseñanzas de Beuys, logrando plasmar con éxito el realismo capitalista que denunciaba la época nazi.

Esta película también nombrada como “Obra sin autor. Nunca dejes de mirar”, dirigida por Florian Henckel Von Donnersmarck (Colonia, 02.05.1973), estrenada en 2018, resume en poco más de tres horas, la vida de Richter desde Dresde hasta lo que fue su consagración como artista luego de haber sido alumno de Beuys.

En ningún momento la película los identifica por sus respectivos nombres, pero está más que claro de quienes se trata.

Asimismo el film, relata fundamentalmente el vínculo entre Richter y su suegro Heinrich Eufinger, quien había sido uno de los responsables del programa de esterilización y eugenesia que ocasionó la muerte de 250.000 personas durante el Tercer Reich.

Cabe recordar que Florian Henckel Von Donnersmarck también dirigió La vida de los otros, ganadora del Óscar a la mejor película de habla no inglesa en 2006.

En Netflix figura como “No dejes de mirarme”.


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