Se trata de una novela corta o más bien de un cuento largo.
En un devenir a través de varios tiempos que van cambiando sin advertirle al lector, Carlos María Domínguez (Buenos Aires, 1955) relata las particularidades de varios personajes amantes de los libros y la lectura. En ese orden, pues el gusto de uno de ellos por los volúmenes le lleva a adquirir más de los que puede leer.
A través de guiños, Domínguez va dando cuenta de una extensa lista de escritores y libros que conforman el conocimiento literato de los personajes, que no dejan de provocar al lector ávido de tildarlos.
Es un exquisito relato de amor entre una pareja desencontrada, unida a través de los libros así como también del amor hacia la lectura a veces desmedida que nos lleva a grados cercanos a la locura.
La necesidad de algunos amantes de los libros de crear ámbitos personales que los aíslan del mundo real, es una particularidad que vemos usualmente entre los lectores.
Necesidad de verse rodeados de libros que a modo de muros van edificando su hábitat que es solo habitable por ese albañil que va poniendo uno encima de otro cual fueran ladrillos.
Una gran oportunidad para acercarnos a este escritor ribereño que orillea a ambos lados del Río de la Plata quien escogió vivir en Montevideo desde hace 30 años.
Placer que luego completamos en una reunión donde Domínguez nos cedió su tiempo para comentar y discutir su libro.
La riqueza de esta narrativa tiene tantas lecturas como lectores posibles y es de aquellos libros en que también nos deben de decir distintas cosas en cada instancia en que lo abordemos.
¡Chapeau!

- María Guecaimburu + Carlos M Domínguez
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