La Habana, Cuba.
En la sala dedicada a las muestras temporales del Museo de Bellas Artes de La Habana, está exponiendo este artista con reconocimiento internacional.
Una excelente oportunidad que me sorprendió ver por acá, otro destacado elemento más, dentro del ámbito artístico en Cuba.
Koen Vanmechelen (Sint-Truiden, 1965) es un artista belga que se expresa a través del arte conceptual, trabajando con la diversidad biocultural y la interacción resultante entre el arte y la ciencia.
Su objetivo se centra en un intento por descolonizar nuestra relación con el ecosistema.
Para ello se vale del vínculo entre científicos y demás especialistas en diferentes necesarias materias, que colaboran para lograr su objetivo, el cual apunta a la relación entre el ser humano y el resto de la naturaleza.
Este artista apuesta por la creación de espacios participativos y democráticos para todos los seres vivos que son parte del medio ambiente. De esa forma busca favorecer una equidad y respeto hacia ese otro, que no está restringido a lo humano.
Si bien Vanmechelen es autodidacta, su carrera artística se ha nutrido de actividades que ha desarrollado con anterioridad como la hotelería, la cocina donde se desempeñó como chef-pastelero en varios destacados restaurantes.
Asimismo ha crecido en un ambiente sumamente creativo, donde sus progenitores fueron sus mejores maestros.
Su padre fue historiador, filósofo y artista y su madre diseñadora de moda, quien le inculcó la estética, y le enseñó que el arte no tiene por qué ser feo.
Se trata de un hombre bastante atormentado por algunas malas vivencias que ha tenido, así como por la pérdida de su esposa en 2019 como consecuencia de un cáncer y es en el arte donde Vanmechelen ha encontrado el refugio para su propia salvación.
El hecho de haberse devenido en artista es el resultado de las contradicciones tanto en su vida como en el mundo en general.
Para Vanmechelen, una buena obra de arte siempre contiene conflicto y Cuba sin dudas le debe de haber resultado el ámbito ideal para difundir su obra.
Desde niño quería ser mago, cosa que de alguna manera lo ha logrado tergiversando la realidad.
A partir de la incidencia de uno de sus tíos, un conocido ornitólogo con popularidad en la televisión belga, comenzó a interesarse en la cría de pollos, razón que le llevó a tener a sus cinco años, una incubadora en su dormitorio.
El tema principal de sus propuestas de arte es el huevo y la gallina, elementos que se han convertido en símbolos que le permiten conectar cuestiones científicas, políticas, filosóficas así como éticas.
Para sus primeros trabajos recurrió a las construcciones de madera, montajes y jaulas para aves, lo que le llevó a conectar dentro de la tradición de los artistas de ensamblaje belgas.
En la década de 1990 evolucionó hacia un artista conceptual, pasando luego a ser un artista multidisciplinario, transdisciplinario e interdisciplinario.
En 1999 inició su Proyecto Pollo Cosmopolita (CCP), el cual mutó siete años después en una fundación en busca del pollo universal cruzando distintas razas, lo que le generó una posición destacada en el arte contemporáneo internacional.
El pollo es el tema central en este proyecto, y más específicamente en el cruce de razas de pollos nacionales en “pollos cosmopolitas”, los cuales portan genes de varios países de todos los continentes.
Vanmechelen ha creado nuevas razas de pollos y ha abierto un diálogo entre lo salvaje y la domesticación.
Estos proyectos transfronterizos le valieron un doctorado honorario de la Universidad de Hasselt en 2010 y el Golden Nica Hybrid Art Prix Ars Electronica en 2013.
En 2010, fundó The Walking Egg, donde investiga la infertilidad en el mundo en desarrollo.
Para lograr sus obras se vale de la tecnología innovadora, como escaneo 3D, morfometría, impresión 3D y técnicas de visualización interactiva.
Su trabajo es cross-media y abarca desde pinturas y dibujos expresivos hasta fotografía, video, instalaciones, cristalería y esculturas de madera.
Vanmechelen se ocupa de conectar sus proyectos con diferentes realidades alrededor del mundo, a través de uniones entre el arte, la ciencia y el mundo, “tratando de encontrar el lugar adecuado en el tiempo y el espacio para romper el huevo, en algún lugar de la interminable corriente de colisiones de felices accidentes causados por el movimiento infinito», en palabras del propio artista.
Está interesado en los movimientos y flujos migratorios de personas así como de animales buscando un vínculo entre ambos.
Para llevar a cabo sus trabajos, Vanmechelen tiene 3000 pollos en ocho granjas en tres continentes.
Es necesario aclarar que los cuerpos de los animales que utiliza para sus obras son procesados luego de su muerte natural haciendo uso de la taxidermia.
Vive en el municipio de Limburgo de Meeuwen-Gruitrode, pero tiene su estudio en el sitio de arte Labiomista – Studio Koen Vanmechelen en Genk, el cual fue diseñado por uno de los más famosos arquitectos del mundo como lo es Mario Botta.
Allí se trata de un lugar donde la diversidad biocultural es central y donde las personas, los animales y la naturaleza pueden encontrarse.
Koen Vanmechelen ha expuesto en casi todo el mundo incluyendo la bienal de Venecia, Manifiesta y documenta de Kassel, habiendo sido invitado en Bélgica por varios museos y otros lugares que albergan arte.
Participó en la bienal de La Habana en 2015, donde su objetivo era devolverle a Cuba el pollo original cubano llamado Cubalaya.
Para ello Vanmechelen importó los huevos y donó las incubadoras, con el objetivo de estimular el regreso de esta especie habiendo nacido las crías en Cuba.
El pollo se convirtió en su excusa para discutir problemas de fertilidad, inmunidad, diversidad e identidad con especialistas de cada uno de estos saberes.
La exposición en La Habana está dividida en la planta baja, donde el artista hace alusión a la diáspora, la emigración, la creación de espacios para el hábitat y el modo en que renace y se conforma la vida.
Además de las obras, se montó un gran gallinero que alberga una familia de Cubalayas conformado por los padres y sus pollitos.
Por otro lado, el tercer piso presenta una obra aludiendo a la destrucción a través de medusas donde el artista aborda la búsqueda de la esperanza así como el aspecto femenino presente en la existencia, reivindicando a la mujer.
Koen Vanmechelen sabe que en la reescritura de estas leyendas y las contradicciones que llevan en sí, se reinventa eso que denominamos naturaleza, según reza la presentación de su curador Jorge Antonio Fernández Torres
A diferencia de sus aves, Vanmechelen teme volar, pero ello no le impide viajar de un lado al otro ya que para él, “el movimiento crea oportunidades para la transformación y la mutación».




Deja una respuesta