Juan Burgos

Montevideo, Uruguay.

Juan Burgos (Durazno, 1963), está llevando a cabo una exposición en la sala menor del Subte, con un despliegue escenográfico como nunca se había visto en Uruguay, muy adecuado a sus obras.

Un sala menor pero con una gran contundencia que deja al espectador impactado.

La sala muy bien resuelta, bloquea la visión inicial con un panel usado para el ploteo del texto de la muestra, lo que permite crear un preámbulo necesario para el visitante antes de adentrarse en el ámbito personal del artista.

A través de varios cuadros colgados a modo de flashes cinematográficos, Burgos va guiando nuestra mirada a la vez que la sala logra una experiencia inclusiva que atrapa nuestro espíritu. El piso pintado a modo de sala barroca contemporánea aporta lo suyo absorbiendo al espectador hacia donde Burgos nos quiere llevar.

Al fondo, una biblioteca con objetos y libros pertenecientes a Burgos, elementos nutritivos de su energía artística de donde parece emerger toda su propuesta.

Burgos es un adelantado en la temática pos colonialista. Desde el inicio de su carrera ha estado provocado por la incidencia del desembarco de los colonialistas europeos que irrumpieron en América imponiendo su cultura, costumbres y religión, aspecto este último donde Juan se ha expresado con mayor fervor.

Es una persona exquisita, pausada, de carácter analítico, muy reservado, siempre ajeno al ajetreado ruido social, con un alto grado de ostracismo que usa para protegerse.

Desde su mundo privado donde habita y se recluye, opta expresase y comunicarse con el otro a través de sus trabajos antes que con sus palabras.

Siempre se ha desempeñado con una mirada híper crítica a través del collage el cual maneja con una prolija severidad contundente, donde muchas veces sus recortes se confunden con trazos de pintura.

Le gusta irrumpir al desprevenido espectador llevándolo a transitar entre sus ámbitos orgiásticos donde el recorrido circular en un ida y vuelta, logra captar una sensación mas que una lectura mental.

Su temática diversa también le ha llevado por mundos mágicos provenientes de otras galaxias donde da cabida a personajes de ciencia ficción pero siempre vinculadas con el ser humano contemporáneo.

Sus obras están cargadas de un gran sentido masculino que puebla con una amplia diversidad fálica que lleva al extremo a través de una marcada presencia haciendo alusión al poder masculino que siempre ha dominado la escena social.

Burgos habita en una dimensión que le nutre de sus temáticas. Allí vive y desde allí se comunica.

Para ello se zambulle en distintas publicaciones de donde extrae sus imágenes que recorta en forma milimétricamente prolija y que luego ensambla en forma manual sobre sus telas.

Toma de diferentes libros imágenes tanto de botánica, arte sacro, estampitas religiosas, arte textil, cuentos infantiles, entre otras que luego va mezclando a modo de lavarropas, que luego irá ordenando donde el arte erótico, leitmotiv de su obra, siempre está presente.

Estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes durante dos años y se diplomó en diseño de modas en el taller de María Ines Strasser, pero su carácter autodidacta lo ha guiado durante toda su carrera.

Lo conocí en sus inicios momento en el cual incorporé una obra suya en la cual también el marco fue intervenido por su mano. Ese perfil escenográfico, lo ha acompañado desde siempre, lo que convierte a sus obras en objetos enigmáticos que uno no puede dejar de ver.

Burgos tiene una destacada carrera tanto local como internacional.

En el 2000 obtuvo el Premio Paul Cézanne que lo llevó a París donde trabajó con la compañía de danza DCA-Philippe Decouflé.

Su vínculo con Asia a partir de una residencia que realizó en la Academia de Bellas Artes de Tianjin, ha provocado una gran incidencia en su obra. En Beijing investigó la estética de los posters de propaganda, creando a partir de esa experiencia varias obras de tenor chino.

Expuso en la 53 Bienal de Venecia en 2009, en la Trienal de Chile, en la Bienal del Cairo en 2010, en la primera Bienal de Montevideo 2012 donde sorprendió con un mega collage y también en la Bienal de Curitiba 2013, entre otras exposiciones.

“Carril Colonial” está curada por Martín Craciun quien se refiere a la muestra de Burgos como una obra con una impronta removedora, buscando no convencernos de una posición particular, sino con el fin de guiarnos a un lugar donde activamos “una fibra sensible en nuestra capacidad crítica”.


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