José Luis Parodi

La Barra, Uruguay.

La casa de decoración “3 Mundos Tienda”, ubicada en La Barra de Maldonado, destina la pared principal de su sala para albergar una selección de obras de artistas visuales de prestigio y reconocimiento  en nuestro medio.

Si bien el espacio no es el adecuado acotando diversas alternativas que las obras de arte requerirían, los galeristas haciendo uso de un amplio panel, vienen logrando a partir de una selección de obras acorde, un lugar interesante para difundir, máxime donde hoy día lo mas arduo para los artistas es conseguir sala para exhibir sus trabajos.

En esta oportunidad y desde el 16 de noviembre pasado, son las obras del pintor José Luis Parodi (Montevideo, 1962), las que están ocupando la sala.

Parodi, de profesión ingeniero civil, es un artista con una mirada muy sagaz a la vez que particular.

Formado en el taller de Hugo Longa, donde nos conocimos, siempre ha transitado por un carril poco convencional muy poco sujeto a las manifestaciones artísticas contemporáneas a su época.

Es una persona muy inteligente que aborda el arte desde ángulos muy personales lo que lo definen dentro de su propio estilo. No se deja seducir mas que por aquello que él cree.

Un quebranto de salud conformado por una enfermedad de carácter neurodegenerativa lo ha llevado a refugiarse aun mas dentro de su mundo colmado por pinceles los cuales le permiten expresarse con mayor facilidad que las palabras, las que con tanto esfuerzo requiere para expresarse.

Hasta el momento y desde ya hace unos años, Parodi ha escogido manifestarse a través de retratos muy “art brut”, en formato chico dentro de un sesgo un tanto mas irónico que cómico, entendiéndose en este caso el término como un aspecto sagaz, muy poco convencional, logrando atrapar tanto la mirada del espectador así como su mente pues los mismos no nos dejan indiferentes y nos conducen a recorrer diferentes vericuetos que habitan en nuestra imaginación.

Donde estos retratos logran un mayor impacto es en la acumulación de varios, pues el artista logra de esa manera y a través de la multitud crear un ámbito apabullante a partir de la insistencia y del dialogo entre ellos.

Me animo a opinar que también eso retratos, fundamentalmente los llevados a cabo solamente a partir de líneas negras realizados con carbonilla sobre un fondo blanco, lograrían mayor efecto si fueran realizados en grandes formatos.

Es allí en esas obras en blanco y negro donde asimismo se nota la influencia de varios artistas internacionales.

Esta muestra actual, producto del trabajo de los últimos meses, va por otro camino el cual resulta sorprendente a la vez que llamativa. 

Dejando de lado la figuración, Parodi se ha decantado a través de pinturas geométricas y abstractas que logra a partir del uso del acrílico guiado por cintas que pega para lograr las diferentes formas.

Asimismo y sin una precisa prolijidad va dejando a la vista el salpicado de los pinceles lo que le aporta un efecto sutil a la vez que gentil para con la obra.

También se vale de la espátula y el color blanco. Fuera de esta selección pude apreciar otra obra pintada en rojo con la cual también logra un excelente efecto.

La composición individual de cada lienzo tiene un ritmo, si se quiere musical, pues parecen haber sido ordenados a partir de temas que el artista está escuchando al momento de crearlos.

Asimismo, los galeristas, Laura Sanjurjo, artista argentina radicada en nuestro país desde hace varias décadas, acompañada por Popo Strauch, han logrado conformar un largo pentagrama que adhiere otro ritmo adicional a cada obra.

Parodi denominó a esta muestra “Mecanismos”, término abarcativo de varios conceptos que deben de correr por cuenta de cada espectador.

Si bien se trata de formas logradas a través de un cierto automatismo, como Parodi me ha expresado, en las mismas no se repite imagen alguna, guiando al espectador a quedar atrapado cual tela de araña sin saber por donde salir siquiera. 

Las pinturas “post-apocalípticas” como le gusta denominarlas, nos hacen suyos y allí nos sentimos cómodos a la vez que inseguros.

Algunas están pintadas sobre tela pero la mayoría fueron creadas sobre  tableros de fibra que previamente prepara con yeso acrílico dejando en algunos casos rastros de imperfecciones de las fibras.

De cortes filosos y en algunos casos en punta que parecen puntas de lanzas que se adentran para herir, la composición lograda se convierte en una especie de mundo irreal perteneciente a otra cosmovisión.

Los cuadros son independientes unos de otros, mas allá de que en algunos casos el artista crea una especie de dípticos, pero la unión de unos con otros crea un ritmo unísono que nos conduce a habitar un espacio galáctico.

También estas obras pueden ser abordadas como el resultado de un lenguaje arqueológico desconocido lo que lo emparenta con las obras de nuestro gran escultor como lo fue Gonzalo Fonseca (Montevideo, 1922-1997) quien provocado por su maestro Joaquín Torres García buscó crear su propio lenguaje pre-colonial.

Mas allá de conformar una serie de términos abstractos y rítmicos, las pinturas de Parodi adhieren una plasticidad amena que invita a la convivencia del espectador, ya que resultan muy complacientes a nuestros ambientes habitables, a la vez que nos atrapan con un lenguaje muy seductor.  

Asimismo se desprende también que estas pinturas no pueden ser dominadas por nuestra mente lectora, lo que nos lleva de la misma forma a la adhesión del desorden mundial en el cual nos vemos envueltos.

En propias palabras de Parodi leemos: “en la parte formal estoy lejos de una continuación de un modernismo ortodoxo porque yo aun creo que la pinturas tienen algo que decir y me niego a caer en manierismos formales que al carecer de un discurso propio terminan siendo solo cascara”, declaración que de alguna manera define su forma de acercarse al arte.

No queda mas que felicitarlo quedando con ganas de ver mas sobre este nuevo recorrido.


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