Estas manifestaciones culturales reconocidas por el BIE (Bureau International des Expositions), responsable de regular las exposiciones universales e internacionales, fueron instauradas en el SXIX.
La primera gran exposición fue organizada por el príncipe Alberto (1819-1861), esposo de la reina Victoria en 1851.
Aburrido en el papel de consorte y con un bagaje cultural inquieto, ideó con la autorización de su patrona, la primera gran exposición internacional celebrada en The Crystal Palace que se construyó en Hyde Park.
El objetivo de estas celebraciones es unir a los países participantes buscando aunar esfuerzos en pos del bien mundial.
Asi, de esa forma, cada país hace una presentación de sí mismo cumpliendo con la temática escogida, la cual siempre apela a la concientización de determinados temas.
Si bien la edición de Londres fue realizada en un solo edificio, hoy día y desde hace mas de un siglo, las exposiciones se montan en un gran predio donde destacados arquitectos tienen la oportunidad para lucirse con sus diseños.
En Londres en 1851, fue exhibida en el Palacio de Cristal, el cual lamentablemente fue tirado abajo luego de haberse incendiado en 1936. Era la época de la Revolución Industrial y el edifico daba cuenta de los avances en el uso del hierro así como de los cristales.
Cada vez que una ciudad participa, el paisaje urbano cambia a consecuencia de las obras. Generalmente se utilizan predios fuera del centro de la ciudad y como también ocurre con los juegos olímpicos, los edificios luego son utilizados con otra utilidad social y o cultural.
El mas notorio ejemplo de ello es la Tour Eiffel, escultura montada en la edición de 1889 y que luego se transformó en una gran empresa símbolo de Paris.
La eterna batalla entre esta y Londres, en función del protagonismo perseguido y que al día de hoy permanece, le dio la oportunidad a la prima francesa de lograr el cetro del edificio mas alto de Europa que mantuvo hasta 1930 y que había tenido Londres con su Crystal Palace.
No solo que reanudó la altanería parisina, sino que la torre se convirtió en un elemento distorsionante del arte. A partir de allí las miradas artísticas comienzan a ser áreas y los motivos de inspiración van a cambiar en función de esa experiencia que permitía abarcar el espectro mas allá de los limites de la ciudad. Poco después de su construcción, la torre se convirtió en la temática preferida por los pintores y los artistas contemporáneos que siguen aun hoy día tomándola como modelo. Algo que a Gustave Eiffel, el alemán que debió de cambiar su apellido Bönickhause antes de la inauguración puesto los franceses eran capaces de pronunciar, le costó mucho esfuerzo, pues debió de lidiar con un grupo conformado por cuarenta artistas quienes se oponían al emplazamiento de la torre.
En Paris al día de hoy permanecen otros edificios de esa exposición tan referencial que acompañó el cambio del siglo, pero donde mas han prevalecido las construcciones de la exposición de 1929 es en Barcelona, ciudad que no anda con chiquitas y le gusta competir con las grandes capitales del mundo.
El pabellón alemán diseñado en ocasión de la exposición celebrada en 1929, por el arquitecto Ludwig Mies van der Rohe (Aquisgrán,1886-1969) y la diseñadora Lilly Reich (Berlín,1885-1947), nobleza obliga citarla, al día de hoy permanece en pie habiéndose convertido en una gran escultura, amén del resto de los edificios avenidos en museos y salas con fines culturales.
Si bien son instancias donde las ciudades se llenan de visitantes locales y extranjeros y donde los precios se disparan, he tenido la oportunidad de estar en algunas de ellas como han sido Hannover 2000, Aichi 2005 y Milán 2015.
La de Hannover, fue la primera celebrada en Alemania y fue titulada
“Hombre, naturaleza y tecnología – origen de un nuevo mundo”.
Se celebró en el mismo año en que Berlin volvió a nacer al mundo con su nuevo diseño urbanístico que dejó sorprendido al mundo entero. Por suerte también había tenido la oportunidad de visitar la ciudad antes de 1989, pudiendo apreciar una ciudad que fue fuente de inspiración de tantos escritores y poetas. Tan triste como hermosa.
En Aichi, Japón, realmente las presentaciones dejaban boquiabiertos a los espectadores. Fue un viaje en el espacio.
“Exposición del amor a la tierra” fue el titulo escogido, dirigido a la sabiduría de la naturaleza.
La instancia recurrente en mis recuerdos, fue un robot representado a tres de una imagen femenina que hablaba con el público.
La mas sorprendente, seguramente por ser una de las más recientes, fue la de Milán, celebrada en 2015 titulada “Alimentar el planeta, energía para la vida”.
Allí el espacio era generoso y los mejores arquitectos se lucieron. El protagonismo, a mi entender, se lo llevaron los Emiratos Arabes, haciendo alusión a los grandes desarrollos urbanísticos que han logrado desde que se convirtieron en los nuevos ricos del universo.
Uruguay, humildemente representado, lució una escultura de Pablo Atchugarry que a pesar de ser extraordinaria, perdía visibilidad por estar erguida muy cerca del pabellón.
Las ciudades sufren un gran “lifting” para bien y para mal. Entre las desventajas se podría citar la pérdida de ciertos rasgos típicos en pos de una gran globalización que hace que todo sea igual. Sucede como la película de 1969 “Si hoy es martes, esto es Belgica”, aplicado de una manera similar, pues debemos de estar mirando ciertos elementos que individualizan la ciudad para captar donde realmente estamos.
Por esa razón, visitamos Lisboa un año antes de su exposición de 1998 con el fin de verla a cara lavada y con precios razonables.
Pudimos apreciar los movimientos de tierra y la gran cantidad de grúas trabajando, algo similar a lo ocurrido en Dubai antes de la suya prevista para 2020 y que aun no ha podido celebrar.
También visité la exposición de la primera edición de Forum, celebrada en Barcelona en 2004 llamada Forum Universal de las Culturas, ideado a raíz del éxito logrado con los Juegos Olímpicos de 1992.
Barcelona, ciudad inquieta siempre buscando el protagonismo, creó esta exposición que ni los españoles terminaron de entender su objetivo. Amén de que Cataluña forma parte de España y los catalanes piensan lo contrario, la región se mueve con independencia de acción.
Las inversiones realizadas estuvieron diagramadas considerando la afluencia de 5 millones de visitantes, número que no llego a superar los 3:3.
La ciudad avanzó en espacios nuevos, creando barrios con infraestructuras para ampliar el hábitat urbano, pero la expo no tuvo el éxito buscado y no prosperó mas que hasta la segunda edición que se celebró en Monterrey, Mexico en 2007 con muy malos resultados.
Habrá que esperar hasta agosto próximo para dejarse impresionar por la exposición de Dubai titulada “Conectando mentes, creando el futuro” que apela a ser descollante.







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