El viento se cuela por debajo de la puerta. He puesto unos cuantos diarios, pero mismo así, el aire no cesa de entrar.
Afuera está todo dispuesto para el festejo.
Desde lejos se ven los jinetes que van llegando. El fogón esta armado con la parrilla pronta y también hay agua caliente a disposición.
Esperamos sea un lindo día y el viento cese. Habrá taba, carrera de galgos y un poco de música, amén de las jineteadas habituales, que tanto bien le hacen a los vecinos de los alrededores.
Mientras aguardo tomando mate, observo a Joselo quien no para de dar vueltas. Está ansioso con ganas de verla. Se ha puesto su mejor vestimenta y también se encargó de que su pingo luciera atractivo.
Hacía mucho que no la veía, desde que era una chiquilina, pero quince días atrás, ella se le había cruzado dejándolo perplejo.
– Cómo creció –se dijo asimismo, mientras sentía palpitar su corazón. Ella iba sola, muy apresurada, tal vez a recoger a su hermanito que salía de la escuela. En el momento en que la quiso saludar, no le salieron las palabras hasta que ella le preguntó cuándo sería la próxima penca, lo que le llevó a ilusionarse.
No pudo mantener sus manos quietas y no paraba de acomodarse el sombrero, el cinturón y las botas.
Si se tomaba un par de cervezas, seguro que se animaría a sacarla a bailar a la hora que la orquesta tocara, pero eso sería recién por la noche .
Debía encontrar la forma de acercarse a ella sin tartamudear. No habían pasado más de unos minutos, cuando oigo que llaman a la puerta. Ni bien abro, ella ya está adentro.
–¿ Puedo dejar esto aquí? –me pregunta sin siquiera saludarme dejando su bolso encima de una silla, –es la ropa de mi novio que usará luego de las carreras.
Joselo no la vio entrar y continúa mirando hacia el horizonte.
– Tengo que encontrar una forma de prepararlo, – pienso rapidamente.
Al rato salgo para recibir a los vecinos en el momento que veo un jinete que viaja en sentido contrario abandonando el lugar, con la cabeza gacha.
–Deberé de buscar a alguien que me ayude con el fogón–, me digo mientras veo que el novio ya había llegado.



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