Historias Mínimas: El pañuelo

Caminaba del brazo de su hijo a paso lento como queriendo evitar el destino al cual se dirigía. Parecía tener un par de grilletes.

En su bolsillo llevaba un pañuelo que apretaba con mucha fuerza.  A medida que avanzaban por el sórdido corredor, un olor nauseabundo se iba apoderando del ambiente y flotaba como el humo de un incendio. El olor  impregnaba todo, las paredes, la ropa…

Habían sido muchos años juntos e intentaba pensar en lindos momentos vividos.

Era una mañana de primavera y el campo se veía brillar como si lo hubieran pasado por photoshop. Una leve brisa traía aromas de jazmines, su perfume preferido, y bastó una mirada para unirse en plena complicidad en un momento de felicidad que atesorarían para siempre.

Sus hijos corrían adelante y detrás quedaba la casita de campo con el humo de la chimenea encendida. Sabían que el camino era arduo, pero se tenían el uno al otro. Eran muy jóvenes y tenían toda una vida por delante.

Sus recuerdos se agolpaban uno tras otro como queriendo eludir la situación presente. Aquella mañana ella había salido temprano de su casa para hacer las compras del mercado. Era día de pesca y le gustaba elegir las mejores piezas para prepararle un plato a base de alcaparras y crema que él disfrutaba mucho.

-Ve con cuidado- le dijo como solía hacerlo cada vez que ella salía de casa. 

Alguna vez había leído que nunca había que seguir con la mirada a un ser querido hasta que se pierde en el horizonte pues no se volverían a ver.

Ese día la acompañó hasta la vereda y se quedó mirándola  alejar con su andar  lento pero decidido. Mientras la observaba, se sorprendió del paso del tiempo, agradecido de estar a su lado habiendo recorrido un largo camino juntos. La siguió con su mirada  hasta que se perdió entre la gente.

El resto de la mañana estuvo molesto, se le caían las cosas, no le salían bien las tareas y tampoco pudo concentrase en la lectura. Había transcurrido demasiado tiempo desde que había salido de casa. Ya debería de haber vuelto. Al oír el timbre se alegró, pero asimismo se sobrecogió pues ella siempre salía con llave. No era ella quien llamaba.

Continuó caminando lentamente y en el momento en que descubrieron el cuerpo sacó de su bolsillo un pañuelo de ella que había tomado de su cómoda antes de salir y se lo llevó a la cara para evitar ver,  pero al oler su perfume habitual de jazmines, supo que ella viviría para siempre.


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Comentarios

16 respuestas a «Historias Mínimas: El pañuelo»

  1. Avatar de Daniel Benoit Cassou

    Me recorrió un frío por la espalda. La imagen de ese ser amado, que se va para siempre, pero a su vez vivirá el resto de nuestra existencia, dentro de nuestro ser. Bellísimo!!!
    Bea Suarez

  2. Avatar de Daniel Benoit Cassou

    Hermosa historia… recuerdos a flor de piel… besi, c

  3. Avatar de Daniel Benoit Cassou

    Daniel : me hiciste lagrimear. Además me toca muy hondo porque estamos pasando por unos momentos familiares bastante tristes, que me lo hicieron recordar.
    La foto del jazmín…., sabes? me encantan los jazmines y en cada casa que me mudo planto jazmines. Bueno, me mude 3 veces, espero no más.
    En la que vivo actualmente, planté uno como en el de la foto, en la casa anterior también tenía uno de esos, es el jazmín del país.
    Me recuerda a Paso de los Toros, mi niñez, mi madre nos llevaba a la casa de una señora muy pobre que ella ayudaba mucho y tenía esa planta.
    Hacía mucho calor en los veranos de Paso de los Toros, y cuando entraba en esa casa pobre y humilde, a mi me encantaba lo fresquita que estaba y ese perfume del jazmín del país……
    Bueno, …. como quien no quiere la cosa, te doy tema para otro cuento.
    Beso grande
    SA

  4. Avatar de Daniel Benoit Cassou

    Hola Daniel, quería comentar en tu blog pero no supe elegir el perfil. Me lo tenés que explicar.
    Duele, pero me gustó mucho.
    Como dice San Agustín: “Los muertos no están ausentes, simplemente son invisibles”.
    Muy bueno
    Cariños
    Cris

  5. Avatar de Daniel Benoit Cassou

    como siempre una bellísima historia mínima.
    gracias Daniel.
    Eva Bonomo

  6. Avatar de Daniel Benoit Cassou

    Me gustó mucho.
    Sigue así
    Mario Perez Avigdor

  7. Avatar de Daniel Benoit Cassou

    Un buen recuerdo la memoria olfativa.
    AG

  8. Avatar de Daniel Benoit Cassou

    Gracias Daniel!
    Disfruto mucho leyendo y viendo tus blogs
    Un beso
    Magdalena

  9. Avatar de Daniel Benoit Cassou

    Bello! Como toda verdadera historia de amor eterno, termina triste; uno de los dos parte primero.
    Claudia Pérez Romero

  10. Avatar de Daniel Benoit Cassou

    Gracias Daniel, escribes precioso y
    con mucho talento, besito
    Annie

  11. Avatar de Daniel Benoit Cassou

    Me gustan mucho tus Historias Mínimas. Me deleito leyéndolas.
    Deberías de publicar un libro.
    Bs
    Monica A

  12. Avatar de Daniel Benoit Cassou

    Dani querido:

    La muerte, esa extraña que tiene el poder de hacer desaparecer lo bueno y lo malo rodeándonos de un misterio sin luces, tan solo de un vacío profundo y un silencio infinito que se nutre de recuerdos de imágenes, palabras, olores y esperanza.

    Pero, también la muerte, trae consigo el piadoso olvido que enlentece los recuerdos y los va alejando para que afloren en los momentos más insospechados traídos por un enjambre de sentimientos y ocasionales momentos.

    Dani, tú que en todos tus cuentos has incursionado por sentimientos difíciles tales como el amor, en sus distintas fases, ahora relatas la parte más dura de la muerte, el enfrentamiento con el cuerpo descompuesto de un ser querido, lo que es atemperado por el dulce perfume a jazmín del pañuelo que el personaje lleva en su mano y que
    retrotae la cruel escena a momentos más felices, cuando la poseedora del pañuelo vivía y se deleitaba con el aroma sutil y placentero de la flor del jazmín.

    Muy bien estructurado el cuento e igualmente muy bien lograda la superación del dolor con el envolvente perfume que conduce al ayer.

    Cariños a los dos.

    Norma Duarte.

    1. Avatar de Daniel Benoit Cassou

      Norma querida, tu comentario me emociona. A veces escribo escuchando a mi alma q me dicta en susurros estas historias.
      A raiz de este cuento, una lectora q hace poco perdió a su hija y luego a su esposo, me pregunto si ya había vivido una experiencia de vida como la del relato pues lo hago con mucha delicadeza y conocimiento del tema. Nunca lo he vivido, pero nuestras almas parecería q si.
      Vivimos con la muerte presente pues es la única certeza que tenemos al nacer: que vamos a morir.

      Sin darme cuenta (o queriendo?) veo q la foto de la casa que figura en este cuento es nada menos que parte del casco de la estancia de mis bisabuelos. Recién ahora tomo conocimiento…
      Gracias por tus relatos de siempre que aprecio y disfruto mucho.
      un abrazo

  13. Avatar de Daniel Benoit Cassou

    ¡Buenísima Daniel! No dejes de escribir. Ah, al respecto, me acaban de invitar para jurar en un concurso literario de cuentos. Debías presentarte a algunos, siempre es muy instructivo ver qué están haciendo los demás.
    Bs
    Olga Olivera

  14. Avatar de Daniel Benoit Cassou

    Admiro tu capacidad para tocar los intersticios más profundos de la existencia- esa aventura del hombre-.
    Nuevamente, te dedicas al tema de la muerte.
    Y te reitero mi agradecimiento por abordarlo, sin sensiblería, casi minimalísticamente.

    Estas creaciones tuyas, asi de auténticas, me ayudan a reflexionar sobre encrucijadas de la vida, tan dolorosas como inevitables, por las que todos vamos a pasar.

    Abrazo
    Renee Richero

  15. Avatar de Daniel Benoit Cassou

    Querido amigo Daniel. Me gustó mucho como entretejiste la historia. La palabra photoshop me sorprendió. Por un momento me desajusta, sacude el escenario que construí con mi imaginación y busco, sin sentir que desafina, un justificativo. -Son los timpos modernos en que los jovenes y no tan jovenes nos llaman analfabetos tecnológicos-.
    Atempero mi imaginación. Interesada en la evolución del relato lentamente retomo la lectura para encontrarme con la creencia que sostiene el cuento -«Alguna vez había leído que nunca había que seguir con la mirada a un ser querido hasta …»- tan hermosa como inspiradora, de la gente del campo y antaño sabia por la vida misma y sin tanta tecnología.
    ¡Muy buena historia plena de sensibilidad!
    Las fotos se fusionan con la sutileza habitual de tu arte.

    Mas hallá de los elogios y cariño, los comentarios de los lectores enriquecen la lectura al abrir puertas interpretativas a veces desconocidas hasta de las propias escrituras.
    ¡A seguir escribiendo, leyendo y comentando!
    Con el cariño de siempre
    Anita MIgnone

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