Historias Mínimas: Amar en otros tiempos

Aquella mañana soleada había comenzado de la misma forma habitual de los últimos años. Todos los días Fermín se paraba detrás de un árbol frente a su casa para observarla al salir.

Se habían conocido desde muy jovencitos pero la vida les había llevado por distintos caminos a pesar de que sus planes habían sido otros. El debió de buscarse una oportunidad laboral fuera del país que satisficiera al padre de ella. Le llevó mucho tiempo abrirse camino. Pasados unos años regresó directo a su casa y al llegar la vio salir de la mano de otro hombre. 

Quedó paralizado, sin poder hablar ni respirar y sus ojos se llenaron de lágrimas. Desde ese día comenzó a vagar por la ciudad despreocupado por su aspecto físico transformándose en un hombre de la calle. 

Nunca se animó a enfrentarla, a hablarle siquiera.

Por su lado Blanca, se había sumido en una larga angustia al no tener  noticias suyas y luego de la insistencia de sus amigas comenzó a salir con quien hoy día fuera su esposo. Nunca más olvidaría a Fermín de quien mantenía una foto pegada en el interior de su ropero.

Fueron pasando los años y él pasaba todos los día a verla, aunque fuera desde lejos, siempre con la misma sensación de angustia lo que le provocaba rodaran lágrimas por sus mejillas. Ella nunca lo hubiera reconocido bajo ese manto de abandono, donde su barba cubría toda la cara y sus pelos lo convertían en un indigente abandonado.

Pero aquel día sería diferente. En el momento en que Blanca salía de su casa, cayó al suelo mientras le arrebataban la cartera solo atinando a pedir auxilio con una voz entrecortada.

No tenía dudas de que se trataba de aquel indigente que merodeaba su casa, pero al levantar la vista vio como el mismo corría detrás del ladrón, hasta que luego de unos minutos regresaba con la cartera en sus manos.

Ella seguía en el suelo, lastimada y llorando. Cuando levantó su cabeza no podía creer que aquel pordiosero había tenido semejante acto.

Mantuvieron un rato sus miradas y ella sintió un escalofrío que le corrió por su cuerpo.


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Comentarios

11 respuestas a «Historias Mínimas: Amar en otros tiempos»

  1. Avatar de Daniel Benoit Cassou

    yyyyyyyyyyyyyyyyyyyy?? como sigue…………
    ly

  2. Avatar de Daniel Benoit Cassou

    UNA HISTORIA MUY AMOROSA QUE NOS SUGIERE TRATAR DE NO DEJAR COSAS PENDIENTES EN LA VIDA, SOBRE TODO EN LOS AFECTOS, MAS ALLA DE LAS DIFICULTADES QUE SE INTERPONGAN !!
    SYLVIA GULPIO

  3. Avatar de Daniel Benoit Cassou

    Daniel: esta muy tierna la historia.
    un abrazo
    José

  4. Avatar de Daniel Benoit Cassou

    Una historia, muy linda y real. La vida no es siempre como uno quiere.
    un abrazo
    Esther

  5. Avatar de Daniel Benoit Cassou

    Que divertidos tus cuentos y me encantan las fotos,
    Beso
    Namaste
    Tati

  6. Avatar de Daniel Benoit Cassou

    Gracias Daniel, quedé impresonada….y la
    foto de los pies….. brrrr. Tienes un gran
    talento, en un par de líneas, e imágenes
    llegas a expresar un drama….
    Annie

  7. Avatar de Daniel Benoit Cassou

    Daniel,

    Ya había visto tu página en otra oportunidad pero el status actual es otro. Te felicito por el buen gusto. Variedad y sensibilidad.

    No dejo de sorprenderme con gente como vos que tiene aristas tan diferentes y que tiene el talento como para lograr desarrollarlas en forma complementaria.

    Saludos,

    Ana María

  8. Avatar de Daniel Benoit Cassou

    Reconocer en la mirada es penetrar al otro hasta su alma.

    Las emociones fluyen a través del conector directo de los ojos

    y ello no engaña porque es la relación directa potenciada

    por el recuerdo.

    Otro logro literario valioso, querido “Dani”, cuando se dice todo

    con un enlace verbal sutil e inteligente.

    Un abrazo.

    Norma Duarte Cattani.

  9. Avatar de Daniel Benoit Cassou

    Gracias pero como ya te preguntaron como sigue?
    Es muy mínima la historia mínima……
    Eva Bonomo

  10. Avatar de Daniel Benoit Cassou

    Querido Daniel, tu Historia Mínima… en pocas, pero profundas palabras, nos recuerdas lo fundamental que es no perder la comunicación en la vida, gracias Daniel.
    beso
    Denise Caubarrere

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