Tomé conocimiento sobre la existencia de José Leandro Andrade a través de la novela “50 días de gloria” de Mauricio Bergstein sobre la cual escribí oportunamente una reseña.
Está claro que me interesé por el libro por la amistad que me une con Mauricio quien me llevó a tomar conocimiento de una parte importante de nuestra historia nacional cuando nos transformamos en los líderes del fútbol internacional.
Hablando con el artista Alejandro Cruz al respecto, me sugirió leer también este otro libro escrito por Jorge Chagas. Ambos pertenecientes a la colectividad negra del Uruguay, al igual que José L. Andrade, fue una sugerencia ineludible.
En viaje hacia México y a falta de lectura mexicana que ya había leído antes de partir, fue este libro el cual escogí de compañero de ruta dudando fuera el mejor, pero tampoco sin otras opciones.
Lo abrí en la sala de espera del primer vuelo y lo terminé aterrizando en Ciudad de México.
No hay razones para comparar entre uno y otro, sino que opino ambos libros son complementarios y el orden en que los leí creo que ha sido el correcto.
Jorge Chagas (Montevideo, 1957) en un historiador, licenciado en Ciencia Política, magíster en Historia Política y también escritor y compositor.
El encare que Chagas le da a esta historia es desde el punto de vista de la raza negra con conocimiento de causa. Nada de lo que él diga puede resultar ofensivo, contrariamente a lo que podría provenir de las letras de un escritor fuera de la comunidad negra.
Sin dudas que Chagas se tomó la libertad de auscultar la personalidad de Andrade con conocimiento de causa a partir de la opiniones y comentarios provenientes de su comunidad.
El relato histórico descriptivo en que Chagas le dedica al desplante que Andrade les hiciera a toda su gente al momento de homenajearlo es una joyita que bien podría valerse por si mismo como un cuento aislado de la novela.
Al regreso de Andrade de París donde fue denominado como “Merveille Noire” y con la copa bajo el brazo como campeones universales del futbol en las Olimpiadas de 1924, su comunidad le organiza un ágape para homenajearlo al cual el jugador nunca llega.
Las descripciones que Chagas hace de cada uno de los integrantes de la reunión fallida es magistral.
Detalla no solo el nombre sino la historia personal de cada uno, las expectativas, ilusiones, comentarios previos así como los posteriores frente al plantazo del homenajeado.
Andrade, primer astro negro del futbol a nivel internacional, tuvo un carácter muy particular y era ajeno a etiquetas y costumbres sociales que siempre eludía. Sumamente orgulloso, altanero y escurridizo, aspectos que fueron agudizados a partir de ese desplante que perdura hasta el día de hoy dentro la comunidad negra.
Chagas nos permite descubrir un persona mas que un personaje muy particular digno de curiosidad el cual de haber vivido hoy día se hubiera convertido en un imán para la prensa. Otro que Armando Maradona hubiera resultado también plagado de luces y sombras, seguidores y detractores del personaje.
El enfoque analítico e investigativo histórico con el cual Chagas aborda esta novela, me lleva recordar la línea historicista de Ana Ribeiro quien también se caracteriza por entretejer historias personales que va zurciendo a partir de las características personales en cada suceso por encima del hecho histórico oficialista.
Chagas lleva a cabo un detallado y minucioso relato histórico de la época donde no faltan a la cita Carlos Gardel, Horacio Quiroga, José Onetti, así como políticos y otras personas destacadas que estuvieron involucradas en la vida de Andrade incluyendo a aquellas mujeres a las cuales sedujo tanto locales como extranjeras donde destaca la presencia de Joséphine Baker.
Lo grandioso de este libro no es solo el relato histórico sino el encare del mismo el cual es abordado con matices novelísticos donde no falta la ficción.
Descubrí en él no solo a un gran historiador sino un gran escritor.
La historia discurre en forma no lineal en el tiempo y Chagas en forma magistral y a los efectos de dar cabida a renglones históricos provenientes de otros medios como periódicos y comentarios de otros escritores, introduce un personaje de la actualidad.
Se trata de una joven y ambiciosa periodista quien acepta el desafío de escribir un artículo sobre Andrade sin saber que su vida personal terminaría involucrada a la del jugador.
Otro aspecto muy relevante para los uruguayos es el uso que Chagas hace de términos de nuestro lenguaje con dichos populares que enriquecen mucho mas una la novela, así como palabras del lunfardo que popularmente usamos y que no son aceptadas en forma escrita.
Elocuá… diste en el clavo, negro sabandija, guinda (pelota de fútbol), moquear, conocer la cara de Dios al referirse a instancias sexuales, cosa de Mandinga, dimes y diretes, mina como sinónimo de mujer, rompehuevos, estar hasta la coronilla, peliaguda, quisquilloso, muyinga, entre otros términos que disfruté leer tan poco habituales dentro de la literatura universal.
También la información que Chagas vierte sobre las distintas comunidades negras del Uruguay incluyendo términos y costumbres de cada una es muy enriquecedor, mucho mas para un pueblo como el nuestro que presumimos siempre de ser de ascendencia netamente europea desconociendo tanto los aportes de las comunidades negras así como de las indigenas las cuales también forman parte de nuestro ADN.
Leyéndolo me sentí orgullosamente uruguayo capitalizando todos nuestros rasgos y constumbres que muchas veces se nos hace difícil no solo de entender sino de asumir, máxime cuando le análisis proviene de un extranjero.
Está claro que quiero leer mas libros sobre Jorge Chagas como la historia de Rosa Luna entre otros.
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