Madrid, España.
Este par de fotografías donde la artista americana retrata a los reyes de España ha dado mucho que hablar.
Annie Leibovitz (Connecticut, 1949) se caracteriza por aportar un aire adicional a sus retratados similar a los retratos pintados llevados a cabo a partir del Renacimiento donde los artistas incluían detalles que en algunos casos no estaban aprobados por los propios protagonistas convirtiéndose en mensajes encriptados para el público.
En esta oportunidad también podríamos creer que la artista se tomó ciertas libertades al momento de representar a esta pareja que está dando tanto que hablar justamente por las características de la misma donde aparentemente estarían juntos pero separados.
Leibovitz ha logrado un reconocimiento internacional habiendo trabajado para prestigiosos medios como Vogue, Vanity Fair y Rolling Stone y son muchos los famosos que han pasado por su lente y asimismo hay otros tanto en lista de espera.
Mas que fotógrafa, Leibovitz es una artista pues a sus imágenes les aporta lecturas adicionales que enriquecen la foto y lo que es muy destacable es que provoca una lectura abierta a cargo del espectador lo que la posiciona dentro de la línea actual del arte contemporáneo.
Este par de retratos han sido producto de un pedido que el Banco de España le realizara y por las cuales debió desembolsar 137 mil euros.
Leibovitz se toma su tiempo para analizar y procesar el resultado que en este caso le llevó nueve meses, cual embarazo de un ser humano.
Si bien la artista se caracteriza por captar momentos íntimos de sus retratados este no sería el caso donde ambos reyes son conscientes de la instancia y posan frente a la cámara.
Hay varios aspectos a ser considerados y que insinúan la tensa situación de la pareja.
Si bien en la foto los reyes ocupan cada uno un sector del Salón Gasparini del Palacio Real, la fotógrafa divide la imagen en dos rompiendo todo tipo de vínculo entre ambos.
Felipe posa como monarca bajo el uniforme militar y con la banda tradicional que define su papel dentro de la familia real española.
Su pose alecciona el papel que le toca llevar a cabo dentro de su país.
Serio, firme y con rasgos claros de severidad acorde a su función, el rey mira al frente con plena seguridad aunque con un rostro carente de luminosidad.
La habitación se nota lúgubre, un tanto apagada dentro de un ambiente que hace referencia al pasado.
Otro aspecto a considerar es la presencia de un reloj de estilo Luis XV que podría tratarse del tiempo contado que tiene esta familia real en sus cargos teniendo en cuenta que la mayoría de los españoles abogan en contra de la monarquía.
Por su lado, la reina ocupa el sector derecho de la habitación donde la sala está llena de luz. Tal vez hubiera sido acorde que ella ocupara el lado izquierdo y él el derecho teniendo en cuenta las inclinaciones políticas de ambos.
Hay varios aspectos en los que Leibovitz ha querido hacer foco.
En primer lugar lo que mas llama la atención es el atuendo de la reina que está en papel Letizia ataviada por un traje de fiesta que nada tiene que ver con el que debería de llevar en su papel de reina.
A través de esta fotografía se le percibe mas como una actriz de Hollywood que como una reina.
El vestido es un diseño de Cristóbal Balenciaga (1875-1972), el diseñador español con mayor fama internacional y el hecho de que el mismo haya fallecido ha evitado confrontaciones entre sus colegas activos.
Ninguna de las joyas que luce Letizia hacen alusión a una reina mas allá de que se sabe de que fueron un obsequio de Alfonso XIII a la reina Victoria Eugenia.
¿Cual ha sido la razón que le llevó a Leibovitz a vestir a uno como rey y al otro como en una gala benéfica?
Si bien ambos reyes buscan la mirada del espectador, Felipe está de frente mientras que Letizia avanza hacia la izquierda donde su capa se percibe en movimiento.
La sala de Letizia está llena de luz en contraste con la de Felipe que parece salir de un mausoleo.
Una imagen es sobria mientras que la de Letizia es provocadora no solo que desafiando a su esposo sino que también a todos quienes la observan.
Es conocida la vida personal que ha llevado Letizia desde el momento en que que contrajeron matrimonio donde se le conocen amoríos fuera de la pareja aparentemente con la aprobación del propio rey.
Seguramente que también él lleve una vida paralela tratándose de un hombre tan mujeriego como se le conoce, pero claro está que la prensa cuida mas su imagen que la de ella.
No hay dudas de que este par de retratos son una viva imagen de la relación conyugal entre estas dos personas ceñidas a una figura que no estarían llevando a cabo.
La sala así como el vestuario han sido escogidos por la artista que siempre trabaja de una manera muy severa y sólida dando clara cuenta de ser hija de un teniente coronel de las fuerzas armadas estadounidense.
La duda que nos queda es si los retratados han sido conscientes del mensaje que las fotos estarían dando a partir de un acuerdo tácito entre ellos en complicidad con la artista, aspecto que no sorprendería a nadie, o si en cambio se trata de una decisión unilateral de Leibovitz.



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