*Pintura, 1990: 50 x 33 cm
Donada al Estado Uruguayo – Nov 2024
Eva Olivetti (Berlín,1924-2014)
Eva Olivetti nace en Berlín y en 1939 se radica en Uruguay. De 1949 a 1956 cursa la licenciatura de Letras en la Facultad de Humanidades y Ciencias.
Integró el Taller Torres García realizando cerámica (1956-1959) con José Collell y pintura (1959-1963) con José Gurvich.
Desde 1960 al presente ha intervenido en más de cincuenta exposiciones; individuales a partir de 1962.
Es apreciada sobre todo como una destacada pintora uruguaya cuya obra – desplegada a lo largo de una extensa trayectoria – la vincula fundamentalmente con el Taller Torres García, aún cuando en ella prime lo expresivo. En particular Anhelo Hernández se ha referido a su trabajo plástico y entre sus opiniones ha manifestado que «Como en los viejos pintores, las mudanzas de su pintura obedecen a la fidelidad que guarda consigo misma.
Unos días deslumbrada por el mar, otros por las llanuras y los árboles, algunas veces por lo hirsuto del paisaje urbano, o la desnudez prístina de los caseríos pueblerinos. Eva ha encontrado casi siempre el modo llano, es decir, poético, de pintarlos.(…) Lo de Eva es pintura figurativa pero no representativa, porque Eva no vuelve a presentar algo que hayamos visto.
Se estaría tentado de decir que estas imágenes son tan arbitrarias como las palabras, pero no es verdad, por una parte son más arbitrarias que ellas y por otra, siguen fieles como ellas a una sintaxis mínima, escueta en su exigencia, porque sólo dictamina sobre la yuxtaposición de las figuras, pero que es lo bastante poderosa como para impartir significados a esas formas. (…)
Eva hace de su obra un presente, en el doble sentido de presente temporal y de regalo, para que lo pintado, como si fuera de azogue y no de óleo, nos devuelva discretamente modificada por sus aguas, en un acto especular, espectacular la sensibilidad con que nos acercamos a mirarla.
No es poca magia.» El sesgo de interioridad, el esfuerzo por captar y poner en evidencia el corazón de las cosas o la gente, escapando de todo lo que pudiera serle accesorio, distingue también sus dibujos.
Fuente: Relaciones
Deja una respuesta