Montevideo, Uruguay.
Conjunto escultórico en Torre Antel.
Recuerdo cuanto se ocupó ella para lograr que el agua cayera junto a los vidrios.
El agua era impulsada por el viento y no acompañaba el movimiento de las piezas y caída lejos mojando alrededor.
Hoy día está sin agua.
Tampoco tiene siquiera el nombre ni del artista, ni de la obra.
¡Que poco cuidamos a nuestros artistas!
Águeda estaba muy orgullosa de tener su mega escultura junto al edificio de uno de nuestros arquitectos de mayor reconocimiento internacional como es el caso de Carlos Ott.
Un edificio que generó tanta controversia y prometía convertirse en un icono de Montevideo.
Hoy día pasa inadvertido, en el fondo de la cuidad, a espalda de toda la atención prometida.
La misma suerte ha corrido la escultura de Águeda, única posibilidad de ver su obra en un espacio público de libre tránsito.
También necesita mantenimiento para evitar siga deteriorándose.




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