*Sillas en algarrobo – 60 x 30 x 33 cm
Buenos Aires, Argentina.
Mas allá de la barbaridad del presidente de Argentina, Alberto Fernandez, quien afirmó que los ciudadanos de su país provienen de los barcos europeos y aunque él los ninguenée, existen poblaciones aborígenes, autóctonas, que a pesar de las conquistas españolas han sobrevivido y al día de hoy continuan viviendo en sus propias tierras, con sus rituales y costumbres ancestrales.
Los mapuches son un pueblo que habita principalmente la provincia de Neuquén en la región oeste de Argentina a 15 horas por tierra de Buenos Aires.
En el SXVI cruzaron desde del otro lado de los Andes y se instalaron allí en la pampa de la Patagonia en busca de alimentos siguiendo la fauna autóctona del lugar.
Ocuparon la parte oeste del Neuquén, Rio Negro, Chubut y Santa Cruz así como partes de La Pampa y algunos sitios relegados en la provincia de Buenos Aires.
Su inquebrantable poderío guerrero les permitió soportar tanto el avance Inca como el español.
Creen en un ser superior a quien denominan Ngeuenechen. Dentro de sus creencias religiosas también habita el dueño de los hombres y dominador de las fuerzas de la naturaleza llamado Nenechén.
Futa Chao, el Gran Padre, un ser andrógino que es hombre y mujer, joven y anciano, creador y protector de los hombres. Pillañ, que es el dios del rayo y los volcanes así como también representa el alma de los difuntos. Gamakiatsëm que es el creador de montañas y animales. Gamákia, es el dueño del trueno y Elëngásëm es la diosa del mal.
Las mujeres denominadas machi, antaño tenían un rol chamánico.
La lengua madre mapuche es la mapudungun.
La ceremonia que más los identifica es nguilliatún que consta en un ritual ofrecido al dios supremo para lograr la fertilidad de la tierra, los hombres y los animales. Se realiza una vez por año a fines de febrero y dura tres días.
Los avances de la industrialización los fueron relegando y poco a poco han ido perdiendo sus tierras con la consecuente desintegración cultural de sus comunidades. Para los indios en general, sus tierras son sagradas. Tenerlas implica mucho más que poseerlas. Representa un espacio existencial que los define como tales dentro de su etnia.
Las movilizaciones mapuches a lo largo del país los han debilitado como comunidad.
Los territorios indígenas libres se han perdido y los mapuches, así como otras etnias autóctonas, se han ido confiando, replegándose en fueros muy íntimos tratando de proteger sus costumbres y ritos.
Las artesanías mapuches son de una exquisita factura. Destacan sus textiles con formas geométricas muy coloridas donde encierran antiguos mensajes ancestrales que las mujeres, custodias de ese patrimonio cultural, se ocupan de preservar.
Sus ponchos son de uso exclusivamente masculino. Tienen imágenes geométricas y los colores mas usados son el negro, asociado a la nobleza y el rojo que remite a la sangre expresando la fuerza del guerrero.
Las fajas usadas por la mujeres dan cuenta de las distintas etapas en la vida de cada una. El blanco representa la pureza de la niña impúber. Cuando son acompañadas de colores rojo y negro denotan que la niña ya se ha convertido en mujer y se usan sobre fondo blanco simbolizando la energía femenina.
También destacan los elementos de ornamentación femenina realizados en plata, material que representa la energía luminosa del cosmos y consta de un un alto valor ritual.
Estas dos sillitas “esculturas” las adquirí en distintas oportunidades en Buenos Aires, en un local que lamentablemente no existe más. Se llamaba Tierra Adentro y estaba ubicado sobe la encantadora calle Arroyo. Allí, sus propietarios reunían una exquisita selección de piezas artesanales indígenas de todo el país.
Sus precios eran caros, pero sus productos valían la pena amén de saber qué con sus ventas contribuían a rescatar las manifestaciones artísticas de estos pueblos tan soslayados.
Las sillas están realizadas en madera de algarrobo y cuero.
También adquirí un almohadón realizado con telar mapuche y un libro que me ha permitido tomar nota de este pueblo que tan comúnmente reconocemos en diversas caras en la ciudad de Buenos Aires que llegan buscando trabajo.
La intención del libro representa una forma de reconocimiento así como de respeto por este pueblo que lucha para sobrevivir. Espero que sea un motivador que me lleve pronto a Neuquén en busca de acercarme mas a esta comunidad, de donde seguramente regresaré con algún poncho bajo el brazo.




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