Montevideo, Uruguay.
Nuestros caminos se cruzaron hace más de veinte años. No bien no vimos las oí decirme “rescátanos, llévanos contigo”. Y así fue.
Provenientes del Teatro Victoria, estás butacas gemelas siguen dando cuenta de una época pasada que ya no volverá.
Nunca las usé para sentarme. Siempre han sido una pieza artística de museo.
Para bien y para mal me tengo que desprender de ellas buscando depurar la cantidad de objetos en función del espacio. Lamentablemente hoy no las puedo albergar pero no las abandonaré a manos insensibles. Me ocupé y di con quien les dará cobijo valorando su quehacer.
Mi amiga, directora creativa de teatro no lo dudó.
Hoy se las llevaré para que la acompañen y le generen la dicha que me dieron a mi durante todos estos años en que vele por su sobrevivencia, testigos del ámbito teatral.
Intenté fueran a parar al Teatro Victoria pero no lo logré más allá de que se mostraron interesados.
Hay que saberse desprender de los objetos pero con responsabilidad.
Ellos no nos pertenecen sino que nos acompañan durante un tiempo.
Ojalá siempre conservemos ese respeto hacia la creatividad y manualidad de los artistas y artesanos.
¡Hasta siempre amigas!



Deja una respuesta