Empalme Nicolich, Uruguay.
A tan solo diez minutos de Montevideo, a solo unos pasos del aeropuerto, existe una realidad social tan cercana y asimismo tan distante de las miradas de la mayoría de los uruguayos que habitan en la capital, que son mas del 50% de la población y que en gran parte provienen de familias del interior.
Los concursos de domas que comienzan a celebrarse de ahora hasta tanto la culminante feria máxima que se realiza en la Rural del Prado que se realizan año tras año en Semana Santa, son unas excelentes oportunidades para poder acercarse a nuestra gente del interior, que se reúnen con el animo de confraternizar socialmente en una lucha de dominación, que mas allá pueda resultar hiriente a los ojos de ciertas personas, denotan un vinculo de afecto, respeto y agradecimiento hacia el caballo, amigo y recurso de trabajo del hombre de campo.
Tanto sus vestuarios, comidas como su forma de hablar, son elementos gratamente interesantes y atrapantes para cualquier persona de la ciudad, máxime para un extranjero.
Es una gran deleite escucharles hablar, los términos que usan, la vocalización que utilizan así como en algunos casos la simple temática que les ocupa la conversación.
Es un baño de humildad que debemos permitirnos así como una buena oportunidad ,de confraternización con nuestra gente.
Tuve la oportunidad de llevar a un europeo, en un visita que considero es nuestra mayor carta de presentación y algo por lo cual nos debemos de sentir orgullosos y parte de ello.
La globalización que ha emparentado las grandes ciudades del mundo, tanto capitales como otras, haciéndonos perder identidad así como rasgos comunes a nuestro pueblo, nos ha hace olvidar de a ratos nuestros orígenes desconociendo los paisanos que conforman el país que habitan a pocos kilómetros de Montevideo.
Tendemos redes con otras ciudades del planeta ayudados por lo medios de comunicación en forma mas agiles y efectivas que con nuestro interior, donde nuestra esencia y donde aun podemos llegar a reconocernos, reencontrarnos en franca armonía.
Invito a mis lectores a acercarse a estas jornadas que trato de graficar a través de mis fotografías.

















































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