Emilia Perez

Ayer participamos del estreno de esta película del 2024 que esperamos ver con tanta expectativa.

El hecho que fuera el broche de oro del José Ignacio International Film Festival que celebró su 15 edición, sumado a la presencia del director del film el francés Jaques Audiard (París, 1952) muy payasesco por cierto, así como de la protagonista la mujer española trans Karla Sofía Gascón (Alcobendas, 1972) le sumó mucho más interés.

Un interés que poco a poco se fue diluyendo a medida de que la película avanzaba.

La trama consiste en la transición de un hombre a mujer, temática por cierto de mucho respeto y de inherente sensibilidad.

El al principio hombre asimismo es el líder de un poderoso grupo de narco traficantes mexicanos, recio, duro y asesino despiadado detrás de sus objetivos monetarios.

Casado con una chica extranjera representada por Selena Gómez y con dos hijos chicos, contrata a una abogada interpretada por Zoe Saldaña (New Jersey, 1979) quien a su criterio es muy inteligente y la contrata para que se ocupe de coordinar toda la logística  lo que implica conseguir un médico cirujano y su muerte virtual para luego aparecer dentro de un cuerpo de mujer.

Hasta ahí la historia resulta interesante solo que la película que debería de haber sido abordada con mucho tacto y respeto se vale de diálogos dentro de actuaciones musicales a modo de Broadway que distaren al espectador que aguarda compungido el desarrollo de la trama.

Nada menos atinado para un tema tan delicado que recurrir a ese formato.

Los personajes tampoco son nada creíbles ni en sus papeles así como tampoco con llevando una vida nada coherente dentro de la trama.

El hecho de haberse operado y lograr un aspecto de mujer no implica que la persona deba de cambiar su forma de pensar y de actuar como ocurre aquí donde el despiadado narco se deviene en una mujer amable, considerada con los demás destinando su nueva faceta de vida a ayudar a las familias de todos aquellos que perdieron a varios de sus integrantes asesinados por el cartel donde él o ella había sido el cerebro de cuanta racia había llevado a cabo.

Es todo tan poco creíble que no me paré y me retiré por no molestar a los otros espectadores unos sentados junto al otro sin tener un ágil camino de evacuación.

Eso sumado al frío que había convirtió todo esa instancia que prometía un buen rato en una gran tortura.

Por supuesto que no aplaudí aunque la caída del sol bien que se lo había merecido.

Los confusos diálogos, un español más producto de traductores,  tampoco generaron un film que los latinos podríamos haber gozado.

Leí que en varios casos recurriendo a la inteligencia artificial para los diálogos de aquellos como Selena Gómez que no habla español lo que ocasionó no solo no gozar de la riqueza del idioma español en todos sus matices y variaciones, sino que tampoco eran entendibles mismo así con subtítulos.

Está claro que Audiard no fue el más indicado para abordar un tema de estas características y mucho menos dentro de un ámbito latino.

Esta película carece de alma, no tiene un espíritu envolvente y la emotividad faltó con aviso.

Entiendo que las 13 nominaciones al Óscar han sido para provocar al gobierno de Donald Trump.

Lo único rescatable es la actuación de Zoe Saldaña tan camaleónica y vivaz.

Tema aparte es que no se entiende por qué este festival celebrado en Uruguay lleva su nombre en inglés.


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