Tratando de estar al día con la literatura contemporánea mexicana y los nuevos géneros llegué a esta escritora.
Cristina Rivera Garza (Matamoros, 1964) es escritora, crítica y traductora quien goza de varios reconocimientos en su carrera como el Premio Sor Juana Inés de la Cruz logrado en dos oportunidades entre otros.
También ha sido colaboradora en la revista Babelia del periódico El País de España.
Fue elogiada por Carlos Fuentes como «una de las obras de ficción más notables de la literatura no sólo mexicana, sino en castellano, de la vuelta de siglo”, a raíz de la publicación de su novela “Nadie me verá llorar” publicada en 1999.
Vive en Estados Unidos desde 1989 donde fue a terminar su formación en la Universidad de Houston donde obtuvo su primer doctorado en el área de la historia de América Latina y donde hoy día se desempeña como catedrática.
A los dos años de haberse trasladado a Houston, pierde a su única hermana Liliana el 16 de julio de 1990 en un acto de feminicidio cometido en Ciudad de México.
El hecho fue cometido a manos de una ex pareja que había conocido durante su adolescencia en 1986 en Toluca, y quien la acosaba desde su separación ocurrida luego de que la joven se había mudado a la capital para ingresar continuar sus estudios en la facultad de arquitectura.
En México el término feminicidio no existía en ese momento razón por la cual el caso fue registrado como homicidio simple y no como homicidio calificado.
Consecuencia de ello y no habiendo podido apresar al asesino, luego de 30 años del insuceso, la escritora destinó dos años para recomponer los últimos años de la vida de su hermana dando cabida a este libro homenaje, comenzando por la búsqueda del expediente con el fin de reabrir el caso.
Para ello recopiló cartas, recortes, documentos y testimonios de amigos y conocidos con los cuales compondrá el cuerpo del libro “El invencible verano de Liliana” con el cual fue galardonada con el Premio Pulitzer 2024 dentro del género de Memoria y Autobiografía.
En el mismo la escritora toma la palabra en primera persona la que a su vez va cediendo a su hermana a través de las cartas, a amigos y también a sus padres a quienes fue entrevistando, dando vida a una narrativa coral a la vez que activista.
Todo ello, acompañado de la cruel temática, lo convierten en un gran testimonio dentro de un enfoque crítico de la vulnerabilidad que corren ciertas mujeres en todo el mundo.
El fin de este libro mas allá del carácter denunciativo, es el de reivindicar la vida truncada de su hermana para que no caiga en el olvido, quien con 20 años, varios amigos y una carrera prometedora de arquitecta plagada de proyectos fue interceptada por un hombre siniestro a raíz de sus celos e inseguridades obviamente.
Según Cristina Rivera Garza este libro fue escrito junto con su hermana Liliana a quien le dedicó el premio.
“No se trata de un libro sobre ella, sino con ella”, reveló la escritora al momento de ser galardonada.
Fuera de la cruel temática y componiendo una acción de tenor político, donde no deja bien parados a los responsables de capturar al asesino, el libro dividido en once capítulos, tiene características muy peculiares que atrapan al lector ya en la primera página.
Tampoco se trata de un libro de lamentos sino que la escritora elogia la corta vida de su hermana y deja a la narrativa mexicana muy bien parada donde no faltan algunos términos usados como jergas en dicho país.
Su particular manera de redactar sumada a ciertos ritmos y palabras que repite creando una musicalidad reafirmando los términos, la convierten en una gran creadora que incita a continuar siendo leída.
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