El título de esta novela es aplicable a muchas circunstancias de la vida, pero en esta oportunidad, la escritora y periodista española Julia Navarro (Madrid, 1953), lo refiere a la situación bélica que involucra a judíos y árabes en la zona de Palestina e Israel.
A partir de la historia de dos familias, una palestina árabe y otra palestina judía, que se remonta a fines del siglo XIX , la novela hace un recorrido desde los orígenes de lo que culminaría siendo Israel.
El advenimiento de los judíos rusos perseguidos por los zares y luego por los bolcheviques a Palestina, (a pesar de que los judíos eran bolcheviques buscando liberase del poder de los zares), les llevan a conformar el kibutz que no eran otra cosa que comunidades agrícolas con un esquema de orden horizontal sin jefes de jerarquía. Se trata del primer desembarco de judíos a dicho país que estaba dominado por los turcos a fines del siglo XIX. Luego, con la persecución de lo que fuera el holocausto a mediados del siglo XX y a partir de ese momento en forma constante, la zona se fue poblando de judíos que buscaban un lugar donde pudieran vivir en paz .
Basados en las escrituras bíblicas, donde consta que se trataba de la tierra prometida y con dinero en el bolsillo, fueron llegando y comprando tierras a los árabes que en su mayoría vivían en otros países como Egipto, Turquía, entre otros, que hacían trabajar a los palestinos quienes se esforzaban por logar cierta productividad mínima para su sustento tratándose de tierras muy áridas e infértiles.
Al principio los judíos fueron bienvenidos, ya que ambos pueblos semitas no tenían razones para odiarse, pero en la medida de que fueron llegando en hordas y apoderándose cada vez mas de sus tierras , los árabes se sintieron asediados.
Primero ambos pueblos lucharon para liberarse de los turcos, luego de los ingleses y luego se encarnizaron en una lucha cuerpo a cuerpo que dura hasta hoy día, a pesar de que nunca creyeron se enfrentarían tratándose de pueblos amigos.
Esta novela relata la historia de las dos familias muy unidas que se ayudan una a otra para salir adelante, llegando al punto de tener que confrontarse para luchar por lo que cada uno consideraba sus derechos.
El relato parte de una entrevista que le realizaran a uno de los sobrevivientes de la familia judía a principios del siglo XXI confrontada con otra que le hicieran a uno de los sobrevivientes árabes de aquellas disputas iniciales, para analizar la política de asentamientos donde los israelitas se están quedando con las pocas tierras que les quedan a los palestinos árabes y desde allí el autor se remonta hasta Rusia finales del siglo XIX.
Una novela de casi 1000 paginas que en forma muy amena y emotiva, nos relata el devenir de ambos países con las intervenciones de las Naciones Unidas hasta que en 1948 proclaman a Israel como país independiente, dividiendo a Palestina en dos dejando a Jerusalén en manos de las potencias mas importantes del mundo.
“Creemos en el derecho de Israel de existir, pero también creemos en el derecho de los palestinos a tener su propio Estado”
El escenario de la novela transcurre entre San Petersburgo, Paris, Jerusalén, Toledo y Londres, relatando la historia de Europa desde fines del siglo XIX hasta nuestros días. Para los amantes de la historia es un libro muy ameno, así como para quienes disfrutan de largas historias de vida de varias generaciones de familias. Las descripciones de las costumbres de los pueblos involucrados, como es el caso fundamentalmente de los sefardíes es sumamente interesante, con los relatos desde que fueran expulsados de Toledo en el siglo XV por Isabel la Católica.
Personas que llegaban de diferentes países producto de la diáspora judía donde sus padres eran de diferentes nacionalidades, lo que sumado al idioma común del yiddish o el hebreo como fuera el oficial de Israel, le daban la posibilidad de hablar un gran abanico de lenguas entre los cuales ruso, alemán, francés, árabe, ingles, polaco, etc, que terminaban usando simultáneamente llevándonos a creer estar en Babel.
“Lo que les falta a judíos y árabes es ponerse unos en la piel del otro, pero los judíos se aferran a no perder su espacio físico cansados de deambular por el mundo siendo perseguidos y los árabes son fieles a sus padres, a sus principios que no les permiten mutación alguna”.
Cuesta dejar de leerlo y sus relatos emocionan y conmueven. En la parte de los campos de exterminio creados por los nazis, fundamentalmente, se nos hace difícil mantener el libro en las manos, el corazón sin que se nos estruja y los ojos secos y todo el libro es una gran historia digna de admiración.
“Esta es la tierra de nuestros antepasados, de aquí nos expulsaron y no debimos permitirlo. Judíos es lo que somos y aquí es donde debemos estar, mas allá de que por allí habitaron cananeos, egipcios, filisteos, macedonios, romanos, bizantinos, persas, árabes, abasíes, fatimíes, cruzados , otomanos y británicos”, opinaban algunos judíos.
“De seguir así, se van a convertir en los amos de Palestina”, son algunas de las expresiones de los palestinos árabes.
“Que hombre bien nacido permitiría que un extranjero entrara en su casa y se adueñara del jardín?”
Luego del devastamiento judío de 6 millones de almas, Europa quedó mutilada emocionalmente pero los Estados Unidos no estaban dispuestos a aceptar un éxodo masivo de judíos e Inglaterra no quería que los mismos se fueran a Palestina pues eso significaría volver a tener problemas con los árabes .
Israel es un país taurino pues nació el 14 de mayo de 1948 por decreto de las Naciones Unidas, lo que le da un carácter de terquead, de obtener lo que se propone, asimismo de ascendencia escorpiana, pues el país se suscitó el 2 de noviembre de 1917 a partir de la Declaración Balfour en donde el Reino Unido se declara favorable a la creación de un Hogar Nacional Judío en Palestina, lo que complementa su carácter con un toque de sagacidad que se percibe tanto el esta novela como en su lucha diaria para no ceder terreno.
Tel Aviv es la única ciudad judía nata, pues esas tierras no eran habitadas por árabe alguno y los judíos compraron las tierras y la levantaron con sus propias manos en 1909.
“Solo queremos un trozo de tierra , no importa el tamaño que sea ; estamos cansados de vagar, de que nos traten como a seres inferiores, de que nos expulsen de nuestras casas, hartos de dejarnos matar. Estamos cansados”
Hoy también existe una diáspora palestina y los árabes mal viven en los campos de refugiados, incluso en zonas donde antes pertenecían a su país.
Una temática muy interesante que no llega a dilucidar una solución que contemple a ambos pueblos en una novela muy respetuosa e informativa que vale la pena conocer.
Es un libro que da gusto leer, ideal para las vacaciones, con historias hermosas de la vida que nos acercan a ambos pueblos dificultando la toma de partido de un lado u otro. En todo momento el deseo del lector es que la novela tenga un final feliz y todos terminen comiendo perdices, pero la historia así como la realidad es otra.

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