La vie en rose. Brueghel, Monet, Twombly

Münich, Alemania

La obra de Cy Twombly resume la memoria colectiva del arte universal.

Sus discursos narrativos compuestos de marcas gráficas, están colmados por escrituras cargadas de bucles, trazos que parecen emerger de la tela, abreviaturas de nuestra cultura que mas que entenderse se presienten.

Sus obras no logran tener una nitidez y esa especie de borraduras son la clave en su obra.

En España lo catalogaron como el artista del “garabato genial”.

Se trata de uno de los artistas mas demandados hoy día tanto en muestras como en galerías de arte y los precios de sus obras superan la decena de millones de dólares.

En su época no corrió con la misma suerte. Fue incomprendido y el artista minimalista Donald Judd lo calificó como un “fiasco” cuando vio una exposición que realizó en New York en 1963 en la galería de Leo Castelli. También el galerista luego de varios años confesó que tampoco él le había encontrado interés alguno.

Su primera retrospectiva la celebró en 1968 y la última fue en 2008 en la Tate Modern, luego de quince años de la anterior.

Luego la muestra viajó al Guggenheim de Bilbao y a la Gallería Nazionale d’Arte Moderna de Roma en 2009, ciudad que lo acogió en su periplo italiano.

A partir de su residencia en Gaeta, cerca de Roma, Twombly comenzó a agregar a sus obras poética aspectos relacionados con mitos griegos así como poesía romántica.

Actualmente el Museo Brandhorst de Münich, está llevando a cabo una muestra colectiva basada en su obra la que se vincula con artistas que han sido mentores suyo, así como otros que han trabajado dentro de la misma temática escogida.

Bajo el título “La vie en rose, Brueghel, Monet Twombly”, la muestra da cabida a la participación de varios destacados artistas invitados como Gabriele Münter, Andy Warhol, Georgia O’Keeffe, Ellswort Kelly, Jan Van Huysun, Arcimboldo, entre otros artistas de diferentes tiempos.

El disparador de la propuesta parte de la letra de la canción que Edit Piaf escribiera en 1946, donde hay detalles optimistas cargados de amor, pero tampoco faltan tenores que simbolizan la melancolía y el fin de la felicidad. Y dentro de esos vaivenes del amor, las flores han ocupado un lugar preponderante.

Twombly presenta seis pinturas monumentales donde el artista da cabida a temas de música clásica, en algunos casos escribiendo un poema sobre el dibujo como lo hace sobre Peonías, inspirado en poemas japoneses.

La gama de colores sutilmente utilizados son parte fundamental en los mensajes que emanan sus pinturas.

El azul da cuenta de la memoria y el anhelo; los violetas, se relacionan con la muerte y el luto; los rosas generan sensualidad y erotismo; por su lado los rosas rojo-verdes, provocan la alergia de vivir y los amarillos aluden a la libertad así como a la soledad.

Claude Monet, quien fuera fuente de inspiración de Twombly, presenta obras de la serie Nenúfares que realizó en 1915 cuando ya sufría de cataratas. Esta anomalía en sus ojos, lo obligaba a pintar en formatos mas grandes. A pesar de que tenía su basto jardín colmado de nenúfares, el pintor debía de recurrir mas a sus recuerdos que a su mirada, valiéndose de los nombres de los colores con los que etiquetaba sus pomos con letras de gran formato.

Las pinturas de Twombly denominadas “Impresiones” están inspiradas en los nenúfares de Monet, pintando impresiones en lugar de objetos concretos.

Gabriele Münter (Berlín, 1877-1962), utilizó los motivos florales para expresar sus decepciones amorosas luego de que Kandinsky la abandonara. Para ello recurrió a los zarcillos de la planta de la calabaza que cuelgan de los jarrones a modo de desmoronamiento.

Amy Sillman (Detroit, 1955) recurrió a los motivos florales en el periodo de la pandemia del Covid, para lo cual presenta 20 dibujos.

Jannis Kounellis (El Pireo, 1936-2017), artista que relacionamos tan poco con la naturaleza, nos ofrece en esta ocasión, fragmentos de madera carbonizada y partes de plantas muertas pintadas en carbon que acompaña con hojas de afeitar, haciendo alusión al daño perpetrado por las mismas, las que son mas profundas que las generadas por las espinas de las rosas.

Jean Brueghel (Amberes, 1601-1678), desde otro siglo, representa a la Virgen María y el Niño Jesús envueltos en flores, frutas y verduras.

La muestra curada por Achim Hochdörfer, Giampaolo Bianconi y Estelle Vallender, está enmarcada dentro del Flower Power Festivals Múnich que se celebra en toda la ciudad. Es admirable el trabajo de estos teóricos quienes logran vincular obras de distintos artistas y épocas, logrando una revalorización de cada uno así como un diálogo que enriquece a todos en su conjunto, creando una nueva obra.


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