Solemos decir que viajamos a conocer Perú cuando vamos a Cusco, pero nos referimos erróneamente.
Perú es un país muy grande, con 1:285.000 km2, o sea siete veces el tamaño de Uruguay, con una diversidad de climas y regiones que van desde el desierto, montañas, zonas costeras bañadas por el océano Pacifico así como por más de un 60% de su territorio ocupado por selva.
Cusco y Lima, ciudades más visitadas, son solo partes de este enorme puzzle, termino que se adecua perfectamente al país pues está compuesto no solo por 24 departamentos sino que son muy distintos unos de otros y muy difíciles de comprender en varios aspectos unificadores.
Si bien Perú fue el Virreinato de España más importante en Sudamérica entre los siglos XVI y XIX, no es allí precisamente donde mejor parada quedó la Madre Patria. Sus habitantes indígenas no son lo que parecen y tampoco lo fueron. Personas muy introvertidas con una apariencia diferente a la imagen que dan al extranjero. Como dijera el escritor peruano Santiago Roncagliolo (1975) en su novela “Abril rojo”, los peruanos “rezaron y aprendieron cánticos, inclusive comulgaron. Pero nunca dejaron de adorar al sol, al rio y a las montañas. Sus rezos latinos eran solo repeticiones de memoria. Por dentro seguían adorando a sus dioses, sus huacas”. Comenzaron supliendo las celebraciones del Corpus Christi por el que fuera el paseo de sus momias que otrora hicieran y así otros tantos, pero siempre sus plegarias parecería van para su mismo dios de siempre. Al día de hoy, siguen dando esa misma impresión, de no ser lo que parecen, difíciles de captar, más aun los limeños que intentan ser más internacionales pero que mueren en el intento.
Es un pueblo que se muestra receptivo pero también desconfiado y molesto hacia el extranjero. A pesar de tantos años de conquista, allí se ve muy poco de la impronta europea, mismo en los rasgos físicos de su gente donde casi en su mayoría mantienen la fisonomía indígena aunque tengan sangre también extranjera.
De los 31 millones de habitantes que tiene el país, 9 viven en su capital, compuesta también por chinos, japoneses, alemanes e italianos de muy poca presencia visual, que llegaron en el SXIX. Lima no es una ciudad cálida que acoja al visitante. Tampoco es una ciudad bonita armónicamente aunque tiene lugares muy interesantes como son los barrios Miraflores, San Isidro o el bohemio Barranco. Moverse por la ciudad resulta caótico, mucha gente, transito desordenado que avanza a fuerza de bocina. Tampoco genera seguridad para el peatón, máxime cuando se circula por el centro de la ciudad. La densidad poblacional se nota en todos los sitios y agobia.
Hay lugares maravillosos como restaurantes, donde la gastronomía es una star a nivel mundial. También tienen hermosos e interesantes museos por más que el país haya sido saqueado por los europeos y americanos durante tanto tiempo y mucha obra que luce en museos fuera del país.
El fotógrafo limeño Mario Testino (1954) de reconocida trayectoria mundial, instaló un museo llamado MATE en Barranco en una casa colonial. Ha sido una forma de lograr el reconocimiento de su pueblo pues tiene más merito fuera que dentro de su país y muchos peruanos recién están tomando conocimiento de su obra a partir de su museo. Hay que tener presente que el país estuvo asediado por movimientos guerrilleros como Sendero Luminoso y el Movimiento de Revolución Tupac Amarú entre 1980 y 1990 lo que mantenía alejados tanto a extranjeros como a peruanos que optaron por radicarse en el exterior. Testino ha logrado su fama, fotografiando personalidades famosas como fuera el caso de la princesa Diana de Gales que lo catapultó en su reconocimiento mundial. Junto al mismo museo, se encuentra la majestuosa casa del SXIX que perteneciera a Pedro de Osma (1868-1936), con una estupenda colección de la familia, que comprende obras religiosas así como arte prehispánico, retratos y muebles de época.
También en la misma zona bohemia se encuentran varias casas de diseño, moda y artesanía, Destaca la casa Las Pallas dirigida por su fundadora, la escocesa Mari Solari, (usa el apellido de su esposo. Morgan es el suyo de soltera), quien lleva viviendo en la ciudad más de treinta años, aunque a la hora de hablar en español, mantiene aun su marcado acento inglés y pareciese le costara hablarlo. En su esplendida casa exhibe y vende cerámicas finas, tejidos, máscaras, marcos azafates pintados, canastas así como ofrendas de piedras. Es tan amplia la variedad y el colorido, que el visitante no encuentra donde apoyar su mirada hasta tanto la recorre enteramente siendo un espacio muy grande. Un paseo muy recomendable donde será atendido y guiado por la propia Mari quien ha conformado dicha colección reuniendo una selección exquisita de piezas de arte de todo Perú.
Muy larga sería la lista a la hora de enumerar los museos pero cabe destacar el Museo de Arte de Lima, llamado popularmente MALI con una basta colección de obras de arte precolombina hasta mediados del SXX, en 4500 mts2 con un acervo de más de 17 mil obras, entre las cuales las pertenecientes a las civilizaciones Nazca, Chancay, Mochica, Paracas entre otras. Hoy día y hasta el 21 de octubre próximo, presenta una muestra temporal con la colaboración de organizaciones alemanas, sobre la civilización Nazca bajo la curaduría de Cecilia Pardo del MALI y Peter Fux del Museo Rietberg.
La colección de arte textil Amano perteneciente a la familia de quien fuera su fundador, el japonés Yoshitaro Amano (1898-1982) compuesta por piezas que componen 3000 años de historia textil peruana, justifica una visita. Esta ubicada en Miraflores y aunque la entrada es cara, vale la pena conocerla.
Cusco y sus alrededores con su crisol de razas, es otra cosa distinta. Una ciudad donde se habla tanto el español como el quechua o el aimara, construida sobre cimientos incas a partir de 1532 año en que es conquistada por Francisco Pizarro. Tahuantinsuyo era llamada la región antes de la llegada de los españoles y quería decir estado alianzas multiétnicas o reino de las cuatro partes ya que los Incas (hijos del sol) se fueron consolidando a través de los acuerdos con sus vecinos como fueron los Huayllas, los Sauseros y los Ayarmacas, que se realizaban fundamentalmente con matrimonios concertados entre las elites locales para afianzar su poder.
Cusco es una ciudad enigmática, que atrapa y seduce al visitante desde un principio. Ya su altura de 3.400 mts nos amolda al lugar pues enlentece nuestro andar lo que nos obliga a respirar con mucho trabajo y a mirar más de una vez las cosas en cada parada para tomar aire. Muy frías tanto las mañanas como las tardecitas y noches. El sol es el abrigo para los turistas y cuando no ha llegado o se retira, la sensación térmica es tétrica.
Se podrían pasar varios días recorriéndola pues siempre se descubre algo nuevo, un museo, una iglesia, un convento y la variedad de locales comerciales supera al otro en diseño y calidad.
Los hoteles que se han instalado en edificios emblemáticos de época, como el caso del Belmond Monasterio ubicado en un monumento nacional como fuera dicho convento de 1592 llamado Monasterio de San Antonio Abad, erigido sobra la base de una construcción inca como fuera el palacio Amaru Khala. Justifica aunque no fuera el alojamiento por sus altos precios, una visita guiada para recorrer sus patios y salones con una colección de arte digna de un museo.
Los restaurantes con sus diferentes propuestas de cocina de fusión son un tema aparte. Debería de nombrar a Limo, Cicciolina, Baco y Fallen Angel en los cuales cené, uno mejor que otro, pero la lista es más amplia, por no dejar de nombrar el mercado de San Blas donde una serie de cocineras preparan sus manjares y a precios muy razonables.
Si Cusco es hermosa, luce más aun con las celebraciones del Corpus Christi, donde todas las parroquias de la ciudad, presentan sus patronos sobre los pasos en la Catedral, desde donde van saliendo en procesión. Una fiesta de colores, música y baile sumado a una abnegada entrega de fe.
Visitar las distintas iglesias de la ciudad requieren un itinerario acorde pues las hay una mas bonita que la otra donde destaca la de Santo Domingo con su convento, pero la llamada Ruta del Barroco Andino, se lleva los laureles. Compuesta por cuatro iglesias, arrancando por la Compañía de Jesús (1571) sobre la Plaza de Armas, última congregación en llegar al Perú en 1568, siguiendo por San Pedro Apóstol (finales SXVI) en la ciudad de Andahuaylillas, llamada la “capilla Sixtina de América” por el trabajo en pintura de su techo, para luego llegar a San Juan Bautista de Huaro (finales SXVI) con pinturas de Tadeo Escalante (1770-1840, cerca) realizadas en 1802, donde predomina la figura del patrono del pueblo, terminando por la Capilla de la Virgen Purificada de Canincuna del SXVII donde destaca el retablo de madera tallada del SXVII así como los “murales-textil” que a modo de tapices cubren sus paredes.
Varios y variados son los museos que van desde el arte sacro, arte prehispánico, arte textil entre otros.
El Museo de Arte Precolombino posee una exquisita selección exhibida en las 10 salas del Convento de Santa Clara ubicado en una de la zonas mas exclusivas de la ciudad como es la plazoleta Nazarenas. Allí se pueden ver piezas de las culturas Nazca, Mochica, Chimu, Chancay e Inca, así como también obras pictóricas del periodo virreinal.
El barrio de San Blas es una zona muy agradable a la vista para recorrer. Partiendo de su iglesia barroca, su plaza tan particular rodeada de talleres de artesanos donde destaca el de uno de los mas destacados artesanos peruanos del SXX como fuera Hilario Mendivil (1927-1977), representantes de la expresión de la Cultura Nativa Andina, actualmente dirigido por su hija Juana Mendivil Dueñas de Olarte. Se trata de un taller de exquisita y original factura, seguramente el mejor en calidad y originalidad, con piezas en el museo Smithsonian National Museum of the American Indian de Washington DC
También Cusco que se extiende mucho más allá de su ciudad antigua, tiene una realidad social y económica que colinda con el sector turístico. La mayor parte de los ingresos provenientes del turismo van a parar a Lima y existe una realidad acuciante que ahoga su pueblo. Durante estos días de visita, el sector de la educación compuesto por profesores y maestros hacía su reclamo en pos de una mejora salarial, amenazando intervenir los desfiles tanto religiosos como del Inti Raymi (conmemoración pagana destinada a alabar los dioses sol, luna entre otros como agradecimiento por las cosechas y a multiplicación del ganado), con el fin de que sus reclamos fueran escuchados por el alcalde quien a último momento debió suspender su discurso en la Plaza de Armas.
En los alrededores de Cusco, podemos visitar varias ciudades de intereses diversos ya sean gastronómicos como Tipón, ciudad con ruinas, donde se come el cuy al horno de barro u Oropesa, especialistas en pan, pero ambas sin mayor atractivo que esos. A diferencia, Pisacofrece un sitio arqueológico así como una feria de artesanías y comestibles que funciona los domingos, día que bajan los granjeros a ofrecer sus productos.
Se pueden hacer varias rutas, pero de cita casi obligatoria estaría Ollantaytambo que también tiene su sitio arqueológico, pero donde también la ciudad es muy pintoresca. Urubamba lugar estratégico para visitar la Hacienda Huayoccari, de la familia de José Lamberri, donde ofrecen amplios salones comedores así como una exquisita colección de arte, al cual solo se accede con reserva previa. También cerca de allí se puede visitar el Hotel Belmond Rio Sagrado, que está enclavado en medio del valle a los pies del rio Urubamba, ofreciendo un lugar paradisíaco para descansar, siempre y cuando se vaya con los bolsillos llenos pues los precios de las suites van desde los u$ 700 hasta el doble por noche.
En Urubamba se encuentra el taller del ceramista Pablo Seminario de reconocimiento internacional quien trabaja con su esposa Marilú Behar. Pueden agradar o no, pues son muy peculiares para nuestro gusto, pero son dignas de admiración, amén de que la visita incluye un recorrido también por los talleres donde trabajan 50 artesanas.
Un pueblo seductor por su “tierra-colorido”, todo en tono de ocres, así como por la soledad de sus calles, casas pobres y nada de vegetación, todo lo que resulta muy atrapante para el visitante, es Maras. Se llega de paso a las ruinas de Moray pero lo vale por sí solo.
A propósito, no se puede visitar un solo sitio arqueológico, sin pagar la entrada para ver cuatro. Un absurdo que no se puede comprender. Las Salineras de Maras componen una bonita fotografía por sus tonalidades, así por la magia que producen estando enclavadas en medio de las montañas. Da mucho trabajo llegar y no hay otra forma que no sea caminando durante una hora aproximadamente. Solamente recomendable para gente con aguante y que tengan ganas de hacer alpinismo, de lo contrario abstenerse.
De allí se puede seguir a Aguas Calientes desde donde se accede al icono Machu Pichu. En mi caso lo obvié, pues ya he estado y la cantidad de turistas no ayuda a disfrutar de un placido paseo como se debiera. Obviamente que se trata de una visita obligatoria, pero para ese caso la mejor opción es pernoctar allí y amanecer con el silencio acorde, disfrutar el lugar sin gente y dejarse sorprender por el aura que genera el lugar tan mágico.
Chinchero es una ciudad famosa por sus textiles y allí destaca el taller de Nilda Callañupa que justifica esa parada. A modo de cooperativa, varias mujeres procesan la lana tanto de oveja como de alpaca, logrando piezas de mucha elaboración y colorido, ya fuera para uso práctico como decorativo.
Pero si creemos que allí termina Perú, estamos equivocados. País productor minero donde el sector representa el 60% de sus ingresos, explotan minas de cobre, oro, plata, plomo y estaño. También destacan en los sectores de gas, pesca, agricultura y turismo. A pesar de su riquezas e ingresos, la distribución no ha sido equitativa y se ve mucha pobreza. Gente que vive en los alrededores de Cusco y Valle Sagrado en ranchos en barro, que se movilizan sin calzado y con comodidades muy restringidas para vivir, pues el gobierno les niega la posibilidad de construir casas con material así como les obliga a vestir de forma tradicional, todo a cambio de nada.
El interés turístico de Perú incluye 31 sitios arqueológicos y ciudades como Paracas sobre el océano Pacífico, joya natural del litoral peruano a 250 km de Lima; Nasca con sus enigmáticos geoglifos, llamados Líneas de Nasca desarrollados ente los siglos II a VII d.c.
Puno, capital del folklore peruano sobre el lago Titicaca que comparte con Bolivia; Choquequirao, llamada la hermana sagrada de Machu Pichu; Callejón de Huaylas rodeada de montañas así como Trujillo, ciudad que esta muy demandada a nivel turístico en virtud de la majestuosidad de sus construcciones y de lo hermosa de sus calles, llamada también la Ciudad de la Eterna Primavera por su brillo solar. Fue sede de legendarias civilizaciones prehispánicas como la Moche y la Chimu.
Chiclayo que se caracteriza por la amabilidad de su gente; Piura y Tumbes destacadas por sus desiertos así como su bosque seco ecuatorial, escenario natural de gran belleza y armonía para la vista del viajero.
Chachapoyas enclavada en la cordillera Oriental de los Andes preámbulo de la majestuosidad de la selva amazónica que como ya dijéramos ocupa más del 60% del territorito peruano.
Es muy amplio el escenario que ofrece Perú a la hora de ser conquistada. Nunca una palabra mejor usada, pues de eso se tratan los recorridos por su tierra. Diversidad de etnias, costumbres, comidas típicas, lugares entrañables siempre acompañados por la artesanía que caracterizan sus pueblos, hacen del paseo por esas tierras una excursión en épocas de Francisco Pizarro.















































































































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