C9 – Historia del Arte a través de las Mujeres: Miriam Schapiro

Esta semana dentro de nuestro programa, el turno fue para una gran pionera del arte feminista de los Estados Unidos.

Junto con Judy Chicago (Chicago, 1939), fueron las dos artistas más destacadas que se ocuparon de derribar barreras impuestas por el ámbito masculino dentro del arte.

Miriam Schapiro nació en 1923 en Toronto, pero se nacionalizó americana, ya que en su familia se trasladó a Brooklyn durante la Gran Depresión.

Provocada por su padre que era pintor y por su madre que era ama de casa, ambos rusos, Miriam se ocupó de realizar una carrera dentro del arte con el fin de poder trabajar fuera de casa y de forma profesional.

Logró una maestría en Bellas Artes en 1949 en la universidad donde conoció al también artista Paul Brach (New York, 1924-2007) con quien contrajo matrimonio y tuvo a su único hijo.

En 1967 se mudan a California, donde ambos se desempeñarían como profesores de arte, aunque a ella le costó le concedieran el cargo mas allá de la promesa de sus empleadores a la hora de aceptar el traslado.

Su trabajo básicamente consistió en sensibilizar a las mujeres que se desempeñaban dentro del arte.

Junto con Judy Chicago puso en marcha el Programa de Arte Feminista en el California Institute of Arts, dirigido exclusivamente a mujeres. Con posterioridad promoverá el mismo programa en New York.

Fue cofundadora del movimiento americano llamado Pattern & Decoration, popularmente denominado P&D, surgido a mediados de los 70.

P&D fue la última corriente artística genuina del SXX así como la única de la era posmoderna, considerada la última de la historia del arte.

P&D surge en contra oposición a las corrientes de la post guerra mundial, como fueron el caso del minimalismo y el arte conceptual, movimientos que valoraban la austeridad y degradaban la decoración y la artesanía.

El clima occidentalizado dominado por los hombres del Modernismo, había llevado a una marginación del lo que se consideraba no occidental y femenino.

P&D fue una corriente que le dio un lugar a la mujer dentro del arte aunque no era exclusivo de dicho género.

Entre sus artistas se destacaron: Robert Kushner (1949), Kim MacDonnel (1946), Thomas Lanigan-Schimidt (1948), Joyce Kozloff (1942) y Miriam Schapiro quien fuera la líder del grupo.

Sus obras estaban inspiradas en el arte islámico, en los azulejos mexicanos, romanos y bizantinos, en antiguas colchas americanas, en bordados geométricos y flores turcos, en alfombras iraníes e indias, así como en motivos eróticos orientales.

También se nutrieron de las obras de Henri Matisse, George Sugarman y Frank Stella.

Contaron con la dirección teórica de la crítica e historiadora de arte Amy Goldin (Detroit, 1926-1978), especialista en arte islámico.

Fue un movimiento que celebró la vida pero fundamentalmente apeló al reconocimiento del trabajo artesanal de muchas minorías que estaban dejadas de lado entre las cuales se encontraban las mujeres.

Sus obras se caracterizaban por una gran riqueza cromática, tonos llamativos, gusto por la ornamentación casi como osadas fusiones de elementos figurativos y abstractos.

Dentro de sus integrantes podemos citar también a Robert Rauschenberg (Texas,1925-2008), quien elaboró su serie llamada “Combine Paintings” durante una década, donde mezclaba pintura, escultura, con objetos ordinarios colocados en un contexto artístico.

Schapiro fue también una de las primeras artistas en ver los beneficios de las bondades generadas por las computadoras a la hora de crear obras de arte.

Dentro de sus obras más representativas podemos citar la pintura llamada Big Ox creada en 1967, considerada la primer obra feminista. Las extremidades representan el hombre de Vitruvio y la O central alude al útero símbolo de la femineidad.

A partir de la década de los 70, Schapiro comienza a teorizar trabajando con collages que denominó “femmages”, mezcla de acolchados, arte textil, pintura y cubismo que transforma en un lenguaje femenino de empoderamiento.

A través de ese estilo apelaba a rescatar el trabajo anónimo de las mujeres que se encontraba devaluado.

Su consiga era de carácter claramente político comprometiéndose a promover el trabajo de las mujeres.

La ausencia de mujeres artistas en los libros de la historia del arte la impulsó a provocar una conscientización buscando lograr un mayor reconocimiento de las mismas dentro de las artes plásticas.

Se ocupó de rendirle homenaje a muchas artistas mujeres que la historia del arte injustamente no le había otorgado el prestigio correspondiente.

Entre las mismas podemos citar a Mary Cassat, Frida Kahlo, Berthe Morisot y fundamentalmente a las artistas pioneras de la vanguardia rusa como fueron Sonia Delaunay, Natalia Goncharova, Alexandra Exter, Varvara Stepánova, Liubop Popova entre otras.

En 2007 el Museo de Arte Contemporáneo de Los Angeles, rindió homenaje a decenas de mujeres artistas en una muestra que se llamo “WACK! El arte y la revolución feminista”, donde la incidencia de la obra y la vida activista de Schapiro tuvo mucho que ver.

A pesar de su gran esfuerzo y su presencia activa dentro del ámbito artístico, aun hay mucho más por hacer y lograr. Falleció en 2015 y su nombre, de hecho es bastante desconsiderado dentro de la nómina de artistas destacados del SXX.

Europa no reconoció la incidencia de P&D y eso ha hecho que al día de hoy cueste ser reconocido con el prestigio que se merece.


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