En esta semana el turno fue para una de las mujeres americanas con mayor reconocimiento internacional considerada la madre del Modernismo Estadounidense.
Para entender su obra hay que tener en cuenta algunos aspectos que fueron determinantes en su carrera.
Los Modernistas Estadounidenses surgidos a partir del éxito de los Estados Unidos luego de la actuación en la I Guerra Mundial, derivó en una interpretación artística prestando atención a temáticas con rechazo hacia el historicismo, convenciones artísticas y la institucionalización del arte.
El arte no solo debía tratarse en las academias, teatros o salas de concierto, sino que debía de incluirse en la vida cotidiana debiendo ser accesible a todos.
Se trató de una corriente filosófica bastante desconsiderada por las elites que solo tenían ojos para el arte proveniente de Europa y que luego va a sucumbir a mediados de la década del 30 con la propuesta del crítico Clement Greenberg con el Expresionismo Abstracto con artistas destacados como Jackson Pollock y Mark Rothko entre otros.
También en el vida de O’Keeffe fue determinante su formación en el taller del pintor Wesley Dow (Massachusets, 1845-1922), quien le enseñó la depuración de las formas a través de la influencia del arte japonés que había absorbido en Europa, constante detalle que le acompañará en sus obras durante toda sus carrera.
Hablar de Georgia O’Keeffe nos lleva a considerar quien fuera su marido Alfred Stiegliz (New Jersey,1864-1946), fotógrafo, galerista y gran influyente en el medio artístico fundamentalmente en el plano de la fotografía. Fue quien se ocupó durante toda su larga carrera de 50 años, en lograr colocar a la fotografía como un soporte artístico a la altura de la pintura y la escultura.
Stieglitz le facilitó el contacto con los artistas modernistas de New York entre los cuales se encontraban los fotógrafos Edward Steichen (Luxemburgo, 1879-1973), director del departamento de fotografía del MOMA, así como Paul Strand (New York, 1890-1976) uno de los grandes fotógrafos del SXX que aun al día de hoy continua influyendo en sus colegas. Sus trabajos desprovistos de adornos, eran de tenor sincero y directo, producto del realismo del medio y contrapuesto a la imagen que pretendía dar la nación victoriosa y poderosa cómo se presentaban los Estados Unidos.
Ambos artistas influyeron en la obra de la O’Keeffe.
Stieglitz sentimentalmente mal afectó a Georgia en virtud de que era mujeriego y tenía preferencia por las mujeres muy jóvenes, motivo por el cual la pareja se termina disolviendo a los cinco años de haber contraído matrimonio.
Luego de su separación en 1929, despechada por una traición de su marido con una chica cuarenta años más joven que él, Georgia viaja a New México invitada por una amiga sin saber que a partir de allí comenzaría una de las mejores etapas de su vida y de su carrera.
Con 85 años vuelve a apostar por el amor junto a un joven de 27 años, llamado Juan Hamilton, quien la acompañará el resto de los catorce años de su vida que le quedaban.
Se muda a New México seducida por el lugar para poder captar el espíritu desértico en todos sus matices y colores que inspiró a la artista en sus nuevas obras. Allí adquiere dos casas que legó en su testamento a Juan.
Partiendo de los detalles de las flores muy coloridas que captaba casi en forma abstracta, se muda a una zona muy seca y desértica donde las mismas son sustituidas por fósiles y osamentas que es lo que encuentra en sus paseos, sin disminuir el tenor de su fortaleza artística a la hora de darles vida en sus telas.
Su temática fue constante dando cuenta tanto de la fecundidad de la mujer a través de las flores con formas muy sugerentes a los genitales femeninos, acabando con la sequedad que transmiten los huesos denotando la infertilidad de una mujer envejecida.
Rechazó la invitación de formar parte de una exposición referencial de mujeres feministas liderada por Judy Chicago así como tampoco accedió a cooperar con cualquier otro proyecto del movimiento. Prefería que se dirigieran a ella como una de las mejores artistas sin hacer alusión al género.
Nació en 1887 en una granja en Sun Prairie en el estado de Wisconsin y acabó a los 99 años también en un ambiente rural junto a la montaña Pedernal de la cual quedó prendada a primera vista donde fueron esparcidas sus cenizas.




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