Se trata de una serie danesa que cumplió 10 años pero que Netflix la difundió ahora en virtud de su calidad.

Realmente ocupa un lugar entre las mejores, a mi criterio, cómo lo fueran Breaking Bad, Dowton Abbey y su similar americana House of cards.

Pero mientras que esta última apunta al precio del poder donde la falta de valores, el cinismo, lo inescrupuloso, delincuencia política y hasta la violencia delictiva son usados para lograr un mayor rating, la danesa nos deleita con su sentido de ubicuidad y respeto social hacia el prójimo. También la serie da cuenta de la diferencia entre unos países y otros con procedimientos políticos bien distintos.

El arte y la literatura provenientes de los países nórdicos están muy en boga y la calidad de sus productos testifican las razones.

Borgen es una serie de treinta capítulos dividida en tres temporadas de tenor político pero sin despreocuparse de las vidas particulares de los personajes.

Está basada en hechos reales y en ella podemos tomar nota del proceso democrático ejemplar de los políticos que viven sin hacer uso de beneficios económicos o sociales cómo estamos acostumbrados a ver dentro de los nuestros.

Es una serie que se nos hace entrañable al grado de provocar nuestro voto para esos políticos.

El hecho de que se trate sobre una mujer política que llega a ser primer ministro, le genera un condimento adicional siendo dicho ámbito aún de claro sesgo machista.

Las actuaciones son sensacionales y el papel protagónico de Birgitte Nybord interpretado por la actriz Sidse Babett Knudsen es magistral.

Muy recomendable.