*San Miguel Arcángel: 35 x 33 x 12cm
Agustín Parra Echaurri (Tepic, 1960) – Zapopan, Jalisco, México
OFICIO QUE SE LLEVA EN LA SANGRE
Hacer de la madera imagen, símbolo, expresión. Utilizar cuñas, clavos, punzones para tallarla y poder alcanzar, así, la belleza.
Cubrirla de oro, pinturas, arcilla. Obtener mil y una formas. Lograr que renazca un arte de siglos, el colonial, no por todos recordado. Éste es el oficio que dominan a la perfección
Agustín Parra Echaurri y David de Jesús Juárez, ambos hijos de reconocidos artistas de los que heredaron el gusto por la escultura.
El primero, Agustin, pintor, escultor, retablista y diseñador, está considerado como el iniciador del “renacimiento del arte novohispano”.
El segundo, David de Jesús, ha destacado como escultor en el campo de la imaginería y ha creado su propio estilo, el cual se caracteriza por la búsqueda de la perfección en la creación de bellos rostros de virgenes, cristos, santos, arcángeles y querubines.
Originario de Tepic, Nayarit, Agustin Parra heredó de su padre —el maestro Parra, pintor y escultor perteneciente a la Escuela Bohemia de San Carlos— las dotes artísticas. Su obra escultórica trabajada con la técnica del estofado es sumamente singular. Para empezar, utiliza diversos tipos de madera: sabino, ayacahuite, nogal, cedro, tzompantle y naranjo.
Con mucho cuidado talla la escultura que desea estofar y luego la pule con una lija hasta que la superficie queda totalmente tersa. El paso siguiente es cubrirla con una mezcla de agua y yeso; la deja secar, y luego sigue lijando para emparejarla. Enseguida aplica bol diluido en agua, tras de lo cual vuelve a pulir hasta dejar la figura perfectamente estucada.
Ahora viene la aplicación del oro de hoja que es un proceso muy delicado. Para ello, hay que pulir la hoja que contiene el fino polvo con una piedra totalmente lisa, de preferencia ágata. Para que el oro se desprenda y quede parejo, el pulido debe hacerse con firmeza.
Es importante aclarar que la técnica del estofado se utiliza, principalmente, en la elaboración de imágenes religiosas, ya que imita las bellas telas antiguas brocadas y realzadas. Debido a esto, el oro de hoja sólo se aplica en las áreas que forman el atuendo del cuerpo de la escultura.
Viene ahora la aplicación pareja de los colores que luego hay que dejar secar. Los dibujos se “rayan” con un elemento puntiagudo y, enseguida, con un garfio o punzón delgado, el escultor va quitando las capas de color hasta dejar al descubierto el oro sobre el cual agregará diseños decorativos en un trazo muy fino y tenue —punteados, círculos, flores, petatillos — , así como algunos relieves.
David de Jesús es hijo del reconocido escultor, David Juárez Martínez. Desde los tres años de edad empezó a modelar en plastilina carros, motos y bicicletas, dotándolas de un sorprendente realismo. A los ocho años, David empezó a asistir al taller de su padre para adentrarse en el mundo de la madera. Asi fue explorando, poco a poco, los diversos procesos de la talla y definiendo su gusto por lo clásico y lo barroco colonial. Más tarde, y como todo artista joven ávido de conocimientos, estudió la carrera de pintura en la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Guadalajara.
David de Jesús fabrica hermosos muebles y objetos decorativos, únicos en su género, los cuales son verdaderas obras de arte. Al empezar a tallar, selecciona la madera de acuerdo con la pieza que va a elaborar, aunque prefiere trabajar el cedro y las que identifica como “preciosas” por su calidad. Este material debe estar seco y libre de resina, nudos, ralladuras o rugosidades.
Enseguida efectúa los primeros cortes con la herramienta adecuada, y sigue tallando cuidadosamente hasta dar forma a la escultura. Luego, pule con una lija hasta que deja completamente tersa la madera.
Dependiendo del tamaio de la escultura, tala aparte la cabeza, manos y pies, que después ensambla cuidadosamente para que no se noten las uniones.
En su producción destacan las imágenes religiosas de diferentes tamaños, a las que les imprime expresiones y características muy especiales. Algunas de estas esculturas las termina dándole una ligera pasada de barniz, muy transparente.
Por la calidad de su trabajo, varias de sus esculturas están en colecciones particulares y museos. Además, algunas personas le solicitan piezas excepcionales en determinado tipo de madera y de gran formato, en las que él se ha vuelto un notable especialista.
Fuente: Grandes Maestros del Arte Popular Mexicano – Colección Fomento Cultural Banamex



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