Esta película estrenada en 2023 está basada en la novela homónima del escritor japonés Taichi Yamada (Tokio,1934-2023) publicada en 1987.
El director Andrew Haigh (Harrogate,1973), se tomó la libertad de sustituir la pareja del libro conformada por un hombre y una mujer, por otra de dos hombres.
Las actuaciones están representadas por cuatro actores, tres de los cuales han logrado un gran protagonismo en otras películas.
Andrew Scott (Irlanda, 1973), quien nos sorprendió en la serie Ripley, cubre el papel protagónico.
En el rol de su padre actúa Jaime Bell (Reino Unido, 1986), a quien conocimos en el papel de Billy Eliot cuando era un niño en 2000.
Por otro lado la espectacular actuación de la actriz inglesa Claire Foy (1986) quien interpretó a la reina Isabel II de Inglaterra en la serie “The Crown” en su segunda temporada, quien a mi juicio es quien más se destaca en esta película logrando captar la mayor atención del público espectador.
También actúa el irlandés Paul Mescal (1996) a quien se le vio en “La hija oscura” junto a Oliva Colman.
Todos actores de suprema calidad quienes aportan un éxito desde el “vamos”.
La temática de tenor sobrenatural, ronda en torno a la solitaria vida irresuelta del protagonista, Adam, quien quedó huérfano de ambos padres cuando tenía 12 años. Desde entonces viene arrastrando muchas dudas así como conversaciones que no tuvo oportunidad de llevar a cabo en vida de sus padres.
Siendo un hombre adulto, conoce a un vecino, quien entra en su vida y se va convertir en su pareja sentimental.
En ese momento Adam se encuentra tratando de escribir la vida de sus padres con el fin de responderse ciertas dudas o simplemente entablar un diálogo con ellos que le aliviane el peso de su vida.
Para ello y a través de un ejercicio cargado de nostalgia, visita su casa natal al tiempo en que sus padres aún están vivos.
Allí se reencuentra primero con su madre quien lo recibe teniendo presente en que ambos habitan en diferentes dimensiones y consciente de que ella ha fallecido al igual que su marido.
Al momento de estos reencuentros en que luego se unirá su padre, el hijo es mayor que sus padres al momento de haber perdido sus vidas.
Esto conlleva a un vínculo que invierte el tiempo cronológico aunque siempre Adam siendo mayor que sus padres continuará siendo el hijo a ser protegido y cuidado.
A partir de allí Adam intentará lograr darle respuesta a sus dudas así como a algunas que sus padres también tienen en relacion a la posterior vida de su hijo luego de sus fallecimientos.
Su homosexualidad será un tema crucial en dichas conversaciones donde Adam logrará la comprensión de sus progenitores, fundamentalmente la de su padre quien contaba anteriormente con una postura muy machista y opuesta a la aceptación.
Por otro lado, en forma concomitante Adam va abriendo su corazón a Harry permitiéndole entrar en su vida.
Las instancias en que Adam habla con sus padres son muy emotivas a la vez que aliviaban el peso que él viene cargando desde adolescente.
El final un tanto inesperado al principio, se decanta a partir del encuentro entre los cuatro protagonistas en que Harry entiende que puede perder a Adam.
Se trata de una película romántica y muy reflexiva, tan bella como emotiva, la cual va despertando sensaciones que transitan de una dimensión a la otra con total naturalidad.
Todas la temáticas en cuestión son abordadas con mucho tacto y respeto creando un ambiente cargado de suma reflexión a la vez que de plena emotividad.




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