Dentro de nuestro programa abordamos la obra de este gran artista de reconocimiento internacional.

Rafael Barradas (Montevideo, 1890-1929) quien como varios genios de la historia falleció siendo muy joven aunque por ello nos prohibió de la oportunidad de apreciar su creatividad artística.

Fue un artista autodidacta muy atento a captar el instante del movimiento de la ciudad.

A diferencia de Joaquín Torres García (Montevideo, 1874-1949), cuando Barradas viajó a Europa con 23 años, ya llevaba una formación artística.

En Montevideo se había destacado fundamentalmente como caricaturista, actividad que se convirtió en su constante fuente de ingresos mismo en su periplo europeo.

Está entre los tres artistas más destacados de nuestro país junto a Torres García y Pedro Figari (Montevideo, 1861-1938)

Lamentablemente no creó escuela y tampoco estipuló la negociación de su obra, por lo cual no logró el reconocimiento comercial que debiera acorde a su trayectoria.

No dejó obra en España ni nadie que se la manejara más allá de que el Museo Reina Sofia de Madrid tiene pinturas suyas dentro de su acervo.

Regresó a Montevideo con 80 pinturas y 2000 dibujos que hoy día son propiedad en su mayoría del Museo Nacional de Artes Visuales (MNAV) de nuestra ciudad.

A su regreso de Europa, llegó a Montevideo con una tuberculosis muy avanzada que le llevaría a la tumba en pocos días.

Fue el artista mas dotado del Uruguay habiendo creado una corriente de reconocimiento internacional como fue el vibracionismo también conocido por su impronta propia como vibracionismo barradiano, síntesis que lograra el artista luego de haber apreciado el futurismo, el simultaneísmo, orfismo asi como el cubismo.

El vibracionismo está considerado la segunda vanguardia española del SXX

Mientras que Torres García se nutrió de la vanguardia catalana, Barradas la nutrió aportando su legado luego de su periplo europeo que lo llevara entre Paris e Italia donde estuvo en contacto con los artistas mas destacados de la época entre 1913 y 1914, años por cierto muy convulsionados.

De constante afán artístico por crear, nunca se quedó quieto. Parecía, que al igual que Vincent van Gogh percibía que su vida sería corta.

No se quedó solo con el vibracionismo, sino que luego inventó el clownismo y también la serie los Magníficos, homenaje a la gente de campo de España que lo acercara la familia de su esposa. Su último aporte, al final de su vida fue su serie religiosa.

Rafael Barradas fue una persona muy querida en todos los sitios donde vivió. Fue amigo de Salvador Dali, Federico García Lorca y de Joaquín Torres García quien lo primero que hizo al desembarcar en Montevideo, fue rendirle homenaje visitando su tumba en el cementerio Central.

En setiembre próximo el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, MALBA, cumplirá 20 años y le celebrará con una muestra suya, junto a la obras que posee el museo así como varias que cederán en préstamo otros organismos así como coleccionistas privados.

La misma estará curada por Enrique Aguerre director del MNAV.

Un homenaje póstumo tan merecido para nuestro gran artista del cual nos beneficiaremos todos.