49 Premio Nacional de Artes Visuales

Montevideo, Uruguay.

  • Michael Bahr con Daniel Benoit Cassou

El premio que se celebra año tras año le brinda la oportunidad a los artistas del país a presentar su obra la cual, si es seleccionada, será exhibida con la posibilidad de ser premiada.

Esta instancia debería de actuar a modo de indicador de tendencia generando una plataforma al artista para el desarrollo y crecimiento de su obra.

Los jurados van variando edición tras edición. En este caso estuvo formado Veronica Gonzalez (Argentina), Fernando Gaspar (Chile) y Enrique Badaró (Uruguay) quienes seleccionaron 36 obras dentro de casi 170 que se presentaron.

Sucede que algunos concursos de este Premio parecieran que no estuvieran en concordancia con otros anteriores. Artistas que son descalificados en uno son aceptados en el siguiente y viceversa en algunos casos casi con la misma obra.

Algunos artistas con reconocimiento y consagrados en otras instancias no deberían de presentarse, sin embargo la escueta actividad artística del medio y las nulas posibilidades de comercializar su obra, les lleva a considerar estos premios que llevan a transitar un continuo sube y baja que es perjudicial también para los compradores y coleccionistas.

Cuesta entender la constante presencia de algunos artistas con obra muy similar premio tras otro así como la ausencia de otros que habiéndose presentado con buena obra no son aceptados.

Sabemos que el gusto es subjetivo y actúa a través de la formación y conocimiento del jurado, pero deberíamos de mantener una línea acorde a favor de nuestro colectivo artístico.

Esta edición presenta obra muy floja y despareja.

La instalación del artista ganador, Fernando Foglino denuncia el vandalismo que sufren las esculturas en la vía pública en manos de saboteadores pero la cantidad y diversidad de elementos presentados confunde su interpretación a pesar de su fina terminación.

Javier Abreu, uno de nuestros más destacados artistas presenta un vídeo a través del cual intervine de forma muy sagaz la escultura El entrevero de Belloni con el Urinario que Marcel Duchamp irrumpiera en 1917 en los Estados Unidos. Muy buena idea solo que el soporte es casi de formato ilegible, realizado en tableta electrónica de no más de 20cm.

Una pena haberse perdido la oportunidad de proyectarlo en gran formato, casi del tamaño de la misma escultura que se encuentra a pocos metros de la sala. Tampoco el vídeo tiene la calidad propia de este gran artista.

Muy poética y visual la obra de Fabricio Guaragna quien escribió sobre la pared una frase vulgar e hiriente adornada con flores que día a día se van marchitando y deshojando. El tema es que la letra inicial mal delineada no permite la correcta lectura de la frase y eso le hace perder efectividad.

También le faltó una zona clara delimitada en el piso que permita la visualización de las flores a medida que van cayendo lo que lograría un efecto catalizador de la obra.

Alfredo Ghierra de sutil factura, pierde parte de su discurso enmarcando sus fósiles arquitectónicos dentro de cajas demasiado decorativas.

La obra de Michael Bahr muy buena pero dentro de la misma línea presentada en el Premio anterior.

Esto ocurre seguramente por la desconexión entre los jurados de una y otra edición.

La propuesta de Fernando Barrios presenta heces de personas conocidas dentro del entorno artístico identificándolas con nombre así como características personales a modo de análisis homenaje de la similar obra que presentara el artista italiano Piero Manzoni en 1961.

Solo que Manzoni lo hizo dentro de latas cerradas que no es el caso de Barrios que las presenta en recipientes transparentes usados para los exámenes de orina logrando algo totalmente diferente y sin efecto alguno más que la repulsión.

María Clara Rossi de finísimo trazo en sus retratos de grandes formatos no sorprende cómo en otras ocasiones pues sus obras son similares a las vistas en concursos anteriores.

Lo mismo con la obra de Diego Villalba.

Llaman la atención la obra de Raquel Bessio que innova a través de los bordados, el papel vegetal calado a mano de Magdalena Gurméndez con un resultado poético y visual, la pintura de gran formato de Santiago García, los afiches provocadores pegados en el piso a la entrada de la sala de Nudehead, las fotografías de Federico Rubio y así como la de José Pilone.

También la propuesta de Guadalupe Ayala quien irrumpe con una pieza de plata histórica de origen europeo muy interesante corroída por musgos producto del paso del tiempo haciendo alusión a la mezcla de culturas.

  • Fernando Foglino
  • Fabricio Guaragna
  • Alfredo Ghiera
  • Michael Bahr
  • María Clara Rossi
  • Magdalena Gurméndez
  • Santiago García
  • Nudehead
  • Federico Rubio
  • Guadalupe Ayala
  • Agustín Sabella

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