Que difícil se me hace escribir esta despedida.
Sé que nos vamos reencontrar pero te echaremos de menos mientras tanto.
Amiga incondicional, amiga del alma, siempre a mi lado, siempre atenta en todo, siempre con el mejor consejo, siempre alegre, trabajadora incansable, gran artista, genia creativa.
Me enseñaste mucho sobre la vida y sobre el arte.
Siempre tengo presente tus consejos.
Lindo haber contado con tu amistad, tantos momentos lindos vividos, tantos viajes y anécdotas que atesoro en mi corazón.
Adiós querida amiga del alma, te vino a buscar la Virgen en su día pues tu ya sos santa.



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