Producto del surgimiento de los e-books así como de la popularización de los diferentes soportes electrónicos para almacenar textos, novelas y demás escritos, nos cuestionamos la necesidad de retener y mantener los libros impresos en papel.
Dentro de tantas respuestas que han circulado, es de un gran aporte el dialogo entre Umberto Eco (Alessandría, 1932) y el dramaturgo francés Jean Claude Carriere (Colombières-sur-Orbe, 1932), quienes responden a la entrevista realizada por Jean Philippe de Tonnac en el ensayo titulado “Nadie acabará con los libros” publicado en 2010.
En un intercambio de comentarios apabullantes por el tenor de la calidad de la información que manejan, nos dan la oportunidad de acercarnos casi a esa intimidad que difícilmente tendríamos acceso a través tanto sea de sus libros como de alguna nota que les hiciesen.
Abordan tanto autores como libros, que marcan ciertas pautas para los amantes de la lectura . Esta demás decir que el vencedor en esta batalla es el libro impreso quien viene batallando desde su creación ayudado por la imprenta y vapuleado por la televisión y sus derivados como fueron las primeras computadoras aparecidas en 1983, a pesar de que nos parezca que nos acompañan desde hasta mucho mas tiempo.
En un recorrido que comienza obviamente con Homero, pasando por la primer biblia impresa de Gutenberg, definen la cultura como un largo proceso de selección y filtro, concepto que hoy día mas que nunca debemos de aplicar pues en eso consiste el gran desafío del siglo XXI: dilucidar la información cierta de la falsa, cosa que si bien siempre ha existido pues los diferentes filtros oficiales o comerciales, se han encargado de realizar para bien y para mal, dependiendo del lado por el que se lo mire.
Pero no solo de libros versa esta exquisita conversación, pues tocan temas referentes al cine, a la religión , el arte, con anécdotas personales muy enriquecedoras, citas no solo de libros sino de libreros y librerías, como es el caso de una de las mas famosas del mundo como es la anticuaria inglesa Quaritch .
Y hoy mas que nunca podemos decir que nuestro pasado no es fijo, ya que accedemos a diferentes interpretaciones y versiones de cómo fue la historia, de si Shakespeare realmente escribió su obra entre otras tantas versiones que se encargan de negar nuestra historia para llamarla de cierta forma.
Otro tema muy interesante , son los escritores y libros que han sido olvidados o que nunca vieron la luz, de un gran aporte como por ejemplo los escritores barrocos franceses que hoy día están cambiando esa historia tal liquida haciendo mención a Zygmunt Bauman o las damnatio memoriae que son la condenación post mortem al silencio, al olvido tan usado entre los faraones egipcios pero tan común en nuestra edad moderna.
Ambos, coleccionistas de libros incunables, antiguos y con una basta biblioteca como el caso de Eco que tiene en el orden de los cincuenta mil tomos y Carriere entre treinta y cuarenta mil (me llama la atención la gran inexactitud de entre una cifra u otra) nos revelan su proyecciones para cuando ellos ya no estén en este mundo, que nos ayudan a dilucidar esa dicotomía que la mayoría de los lectores debemos de cuestionarnos hoy día como es el caso de mantener nuestras estanterías cargadas de volúmenes que difícilmente encuentren un interesado continuador.
Las bibliotecas conformadas con alma de lector, corresponden a cada persona y denotan la personalidad a través de sus intereses que difícilmente se proyecten en nuestros sucesores. A mi entender las colecciones tanto sea de libros como de arte, mueren con su creador. Luego podrán formar parte de otras, pero nunca serán iguales. Y mas difícil aun es lograr una continuidad en literatura que va de la mano no solo de los intereses del lector sino de su tiempo.
En lo personal, me gusta tratar de llegar a la personalidad de alguien viendo los libros que conforman su biblioteca, así como tampoco puedo resistir cuando veo a alguien leyendo en la vía publica, playa, aviones, etc, saber el título de su libro.
Esta entrevista es un raconto de la historia universal desde sus orígenes, que señala varios referentes a considerar de acuerdo a sus criterios, que no dejan de ser los nuestros tratándose de intelectuales de su talla. No faltan la citas a Kafka, Cervantes, Borges, Balzac, Shakespeare, Flaubert, Proust entre otros.
Dice JC Carriere: “es terrible el lamento de esas personas que a punto de morirse se dan cuenta de que le ha llegado su hora y todavía no han leído a Proust”.
No falta la cita de los principales depredadores de los libros, donde en primer lugar se encuentra el fuego, los casseurs (personas que mutilan los libros para venderlos en partes), así como el maoísmo, nazismo y marxismo, lista que esta encabezada por la Inquisición española.
Cada época tiene sus verdades y hoy día el mayor desafío que tenemos es la dilucidación de la información dentro del mar de información en que estamos sumergidos.
Y si bien el libro esta ilustrado por fotografías de André Kertész, aporto las mías en esta nota.




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