Museo Cluny

París, Francia.

Este museo enclavado en pleno Barrio Latino de París, vecino de la Sorbona, es realmente una joya.

Entrar en él, regocija el alma, máxime luego de visitar tantas otras exposiciones atiborradas de obras.

Cada vez que vengo a París lo recorro.

La forma en que están expuestas las piezas, así como la selección de las mismas, hace de él un particular paseo.

Estuvo cerrado durante once años por reformas y en 2022 reabrió sus puertas en forma esplendorosa. Se invirtieron para ello, 23 millones de euros.

Respetando su estilo medieval, la reforma a cargo del arquitecto Bernard Desmoulin, lo dotó de la espaciosidad actual, acorde a la época, lo que permite un cómodo y holgado recorrido.

Su fachada sobre Rue de Sommerard, fue modificada, generando una entrada de arquitectura contemporánea

“El museo entra en el siglo XXI con una renovación total, que va desde los monumentos a todos los espacios interiores, así como la remodelación de la museografía”, declaró Séverine Lepape, directora del mismo.

Es el único edificio de la Edad Media que posee obras de la misma época.

Asimismo mantiene las termas originales de lo que fuera el Imperio

Romano, cuando la ciudad se llamaba Lutecia, con regias entradas de luz natural donde se exponen restos de esa época como lápidas, estatuas, columnas y capiteles.

El museo cuenta con 21 salas con 1600 obras expuestas.

Su acervo está compuesto por 24.000 obras de la época medieval entre tallas, pinturas, esculturas, tapices, vidrieras, piezas de orfebrería, tapices, muebles y marfiles procedentes de la Edad Media (siglos XI-XV principalmente) y del Renacimiento (siglos XV-XVI). Contiene muchas piezas de gran calidad, algunas de ellas de notable importancia histórica.

Su sala más famosa es la que alberga la selección de seis tapices donde se aloja La dama y el unicornio, la llamada «Gioconda medieval», siendo una de las obras de arte más famosas del mundo.

Los seis tapices fueron totalmente renovados entre 2012 y 2013 con el patrocinio cultural de Japón, descubriendo todos los detalles de los telares hasta ese momento ocultos.

El museo de Cluny existe gracias ala labor del excepcional coleccionista Alexandre du Sommerard (1779-1842), uno de los primeros hombres que percibió la belleza del mundo medieval.

La Edad Media era considerada en su tiempo como una época oscura, y el arte medieval como algo a hacer desconsiderado. .

A partir de esa consigna, palacios e iglesias góticas que hoy consideraríamos auténticas joyas, eran destruidos y en algunos casos tirados abajo.

Alesandre du Sommerard como gran filántropo, se dedicó a formar una colección de arte medieval, y a rescatar de la quema todo lo que podía.

Él fue quien inició este museo como una obra personal. Luego de un tiempo, adquirió el Palacio de Cluny para vivir rodeado de su colección.

A partir de su generoso carácter y con el ánimo de difundir y proteger el arte medieval, abría su casa haciendo recorridos didácticos.

Gracias a él, el palacio gótico estuvo siempre a salvo de demoliciones.

A la muerte de Sommerard, el Estado se hizo cargo de la colección y del Palacio, y formó el Museo Nacional de la Edad Media, de acuerdo a sus intenciones.

Un dato a destacar, es que los textos informativos también figuran en español.


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