Montevideo, Uruguay
Hoy día la mayoría de los jovenes artistas buscan soportes no tradicionales para manifestarse dentro de las artes visuales procurando una ágil asimilación de sus obras en un medio donde parecería que ya todo está hecho.
Otros, convencidos en su manera de manifestarse perduran e insisten en mantenerse fieles a sus convicciones y formas de crear como es le caso de Milagros Bonino (Montevideo, 1998), quien ha escogido la pintura de caballete.
Otros dos aspectos que podríamos pensar que no encajan dentro del contexto actual del arte contemporáneo, es la temática rural que Milagros utiliza, así como también el uso de la técnica cercana al hiperrealismo para crear.
A la hora de acercarme a la obra de un artista, el elemento mas valedero que siempre considero, es la sinceridad volcada en su obras así como el aspecto consecuente para con sus trabajos.
El arte posee infinidades de aristas para manifestarse y hoy día donde ya el pos modernismo ha dado paso la página, podemos encontrar estilos que podríamos considerar superados por las corrientes que nos anteceden.
Milagros tiene una sólida formación artística habiendo egresado de la carrera profesional de Artes Visuales de la Universidad Católic del Uruguay.
Los motivos rurales cercanos a su entorno son los que siempre ha escogido para manifestarse, ya fueran paisajes así como animales domésticos como ganado, gallinas, burros así como también otros silvestres.
Vivió sus primeros años en Soriano en el campo de su abuelo y hasta los 17 en que tuvo que comenzar la universidad estuvo radicada en Salto, siempre en permanente contacto con el agro.
Durante sus años de estudio en la facultad siempre estuvo asediada tanto por profesores como por compañeros que la han incitado a cambiar tanto el soporte así como la temática de sus pinturas, sin embargo Milagros ha permanecido fiel a su consigna a la hora de crear.
Fue luego de haber conocido la obra del pintor hiperrealista Helmut Ditsch (Argentina, 1962), con quien, seducida a partir de su trabajo, se vinculó a través de las redes para luego terminar haciendo un taller con él durante un par de meses en Liechtenstein.
Ditsch trabaja en pinturas inspiradas en la naturaleza que asimila a través del vínculo de experiencia directa y fue él quien la indujo a pintar con óleos pues hasta ese momento Milagros trabajaba con acrílico. Consejo muy acertado por cierto, pues a diferencia del acrílico, el óleo permite lograr esa textura aterciopelada necesaria para conseguir imitar a la naturaleza permitiendo la combinación de colores.
A partir de esa instancia, Milagros lo ha tomado como su mentor referente quien la guía a distancia.
Independientemente de las imágenes escogidas para plasmar su pasión por el arte, Milagros es una artista que conoce y transita por diferentes modalidades expresivas. Mas allá de que algunas obras hay que observarlas mas de una vez hasta descubrir que no se tratan de fotografías, las partes componentes de sus imágenes son expresiones abstractas o de tenor expresionistas.
Sus paisajes que exultan el gozo hacia la naturaleza, dan cuenta asimismo de otro mensaje que pareciera sobrevolar la propia pintura.
Campos tratados con detalladas pinceladas que se contrastan con cielos de tenor abstracto, provocan otras lecturas en el espectador.
Sus animales mas allá de su precisión, también logran transmitir aspectos subyacentes propias de las personalidades de las personas. Las poses, los encuadres no siempre de frente ni de perfil, sumado a las miradas de sus animales, auscultan al espectador quien percibe claramente aspectos inherentes a estados emocionales del ser humano.
Auguro una buena carrera para Milagros independientemente de las temáticas que escoja para manifestarse. En virtud de lo visto hasta el momento, sus pinturas denotan de que estamos frente a una gran artista.
Deja una respuesta