Martha Castillo

Montevideo, Uruguay.

Desde hace unos años Martha Castillo (Montevideo, 1958) viene dedicándose a indagar sobre nuestro pasado indígena reciente.

La historia oficial nos ha hecho creer que nuestros indígenas sucumbieron cuando los últimos cuatro charrúas fueron expatriados a Francia desconociendo tantas otras tribus, varias de ellas, incluyendo a charrúas, quienes se adaptaron a las nuevas circunstancias impuestas por los españoles, ocultándose debajo de otra indumentaria que los protegía.

Muchos de ellos eran guaraníes, que a través de su lengua llamaron a varios de nuestros lugares y ríos como es el nombre de nuestro país nada menos.

La historia tergiversada nos ha hecho creer que no ha quedado vestigio alguno de los indígenas que habitaron nuestros territorios, todo lo que se convirtió en su momento en sinónimo de vergüenza, razón por la cual había que ocultarlo y quitarlo de nuestro contexto.

Desde hace no mucho tiempo, y a través del arte fundamentalmente, se ha comenzado a reescribir nuestra historia bajo una postura descolonizadora, entendiéndose el término como “una alternativa para incidir conscientemente en la realidad, a partir de una acción social pedagógica transformadora y prefigurada por los protagonistas del cambio”.

A tales efectos, varios artistas trabajan en esta línea buscando sanar las heridas aún abiertas de tantas injusticias para con nuestros ancestros.

Dentro de esa postura se ubica Martha Castillo, arquitecta por la Universidad de la República, formada en los talleres de Nelbia Romero, Enrique Badaró Y Gustavo Tabares.

Sumado a ello, cursó un año de Antropología materia de gran aporte para sus investigaciones lo que le aporta y facilita sus análisis.

Castillo, a través de sus trabajos, viene dando voz a los ríos de nuestro país.

Los ríos son fuentes de alimentación.

Al margen de sus orillas hay vida y los pueblos desde tiempos inmemoriales se han radicado a sus lados.

Los ríos asimismo separan, pero también unen y son vasos comunicantes de diferentes regiones y sus torrentes son fuente de historia.

Muchas voces a través de la historia, se han acallado a fuerza de rigor y también de represión, sin embargo los ríos y sus montes autóctonos, son fuente viva de vestigios de nuestro pasado indígena.

Para ello, ayudada por un concurso ganado dentro de los fondos concursables, Castillo se viene ocupando de viajar por algunos de los ríos del Uruguay.

Rodeada de un grupo de profesionales como biólogos, ecólogos, arqueólogos, antropologos, malacólogos, dependiendo del caso, entre los cuales se encuentra el zoólogo uruguayo Fabricio Scarabino (1980), por solo nombrar a uno, la artista está llevando a cabo un proceso de investigación con el fin de determinar cuanto de guaraní tiene nuestro país, para lo cual también se ha ocupado de aprender la lengua.

El significado del nombre Uruguay ha sido un punto de partida para la línea de trabajo de Castillo.

Siempre hemos creído que se traduce como “río de los Pájaros”, más precisamente según el antropólogo y naturalista español Félix de Azara (Barbuñales, 1742-1821) como “río del país del urú”, haciendo alusión a un ave de tamaño pequeño que habitaba en la región.

Sin embargo según el biólogo e investigador Cristhian Clavijo integrante del equipo de Castillo, el término podría provenir de otra palabra guaraní, idioma muy rico que se caracteriza por sus términos compuestos, formada por “Urugua”, nombre de un caracol endémico del río y la letra “I”, que hace alusión al agua.

De esta manera el significado terminaría siendo, río del caracol Urugua o agua de caracoles.

Estas prácticas llevadas a cabo por Castillo también incluyen charlas y entrevistas con personas que habitan medios naturales conocedores de una cultura transmitida de generación a generación en forma verbal, muy unidos a la naturaleza fuente de constante comunicación.

Partiendo de esa premisa, Castillo está llevando a cabo una exhibición en la sala menor del SUBTE, donde reúne audios, videos así como parte del material consultado que dan cuenta de sus progresos y que actúa como una gran provocación frente a los espectadores.

Uno sale de allí con el afán de querer saber más y de involucrarse en el tema con mayor ahínco.

Ayer pudimos asistir a una charla que la artista brindó en la propia sala, muy esclarecedora del tema a la vez que nutritiva.

Castillo no tiene aún todas las respuestas que busca, pero las deja sembradas, lo que no deja de ser un gran aliciente.

La exposición está dedicada al biólogo José Olazarri (1939-2023) incansable investigador de la colección de caracoles urugua, recientemente fallecido.

Está curada por la mexicana Guadalupe Chávez y Mariela Yeregui de procedencia argentina y podrá visitarse hasta el 31 de julio próximo.

Este proyecto se puede seguir a través de la cuenta de Instagram @proyectourugua.i


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