Italia.

Existen escritores que gozan de prestigio, lo que les genera cierto crédito inmediato. Algunos a raíz de su trayectoria, otros en cambio solo a partir de un solo libro como ha sido el caso de Juan Rulfo (México, 1917-1986), a quien Pedro Páramo (1955) lo catalogó entre los mejores escritores de Latinoamérica.

Un caso similar es el de Alessandro Baricco (Turín, 1958) quien logró gran notoriedad y fama de buen escritor con Seda (1997), libro que nos sedujo enormemente pero al terminarlo, se lee de un tirón, es difícil saber de que se trata.

Tratándose de un escritor turinés representante de el Piamonte, no solo a partir de sus novelas, sino también de sus ensayos de política y actualidad social, no tuve duda de que debería de ser el escogido para acompañarme en mi viaje a Turín.

También llevé a Seda que lo releí en el vuelo de ida.

Pero no siempre acertamos y esta pequeña novela se me convirtió en un suplicio. Tediosa termino siendo, la chiquita.

En Turín era un castigo tener que leerla pues no cumplía con su cometido, el de meterme en ámbito de la ciudad. Razón por lo cual la debí de abandonar pero tratándose de un gran escritor me propuse terminarla, cosa que lo logré a mi regreso y con un gran esfuerzo.

Considero de que mas allá de que no ha estado a la altura de mis expectativas, la manera en que el escritor la redacta, me aportó una nueva visión de la literatura. Un “open mind” podría decirse.

Cortita pero densa, casi como un ensayo filosófico. No tiene capítulos y tampoco Baricco nos prepara para entrar en ámbito.

Es como si los personajes se manifestaran desde ultratumba hablando consigo mismo o entre ellos, lo que conlleva a un gran ejercicio para su comprensión.

La historia prácticamente no viene al caso. No importa de que va sino como Baricco la encara.

Una chica de 18 años a principios del siglo XX, viaja desde Argentina para casarse con su prometido desde los 15, quien vive con su familia en una villa italiana en Europa. El caso será que el joven ha partido de viaje a Reino Unido hace un tiempo mas que considerado y se desconoce su paradero ni la fecha de su regreso, aspecto de la Joven desconocerá hasta el final del libro, mal que se considere un “spoiler” pues se entiende desde un principio.

Los personajes no tienen nombres a no ser el mayordomo Modesto, quien está al servicio de la familia desde hace sesenta años.

La revelación de su vida privada al fin de la novela causará sorpresa y también jocosidad.

Luego los personajes serán la Esposa joven, el Hijo, el Padre, la Madre, la Hija, el Tío, la Mujer elegante quien regentea un burdel y no mas.

Dentro de toda esa historia que resulta muy ambigua, estrafalaria y surrealista, surgen situaciones apremiantes como el abuso sexual de un padre a su hija.

También tiene una cuota permanente de sensualidad y sexualidad que en algunos casos puede conducir a la excitación del espectador, única parte en que la historia nos atrapa.

Asimismo la forma en que se vinculan los personajes tiene un encanto especial amen de los ritos ilógicos de una familia muy pudiente que lleva una vida cargada de ridículos y exagerados ritos.

Entiendo que esta nota puede resultar tentadora, pero la verdad es que no me animaría a recomendarla.

Me felicito por haberla leído pero creo que representa el adiós a Baricco.