Manantiales, Uruguay.
Florencia Flanagan: cuando las palabras no alcanzan
Una vez más, Florencia Flanagan nos sorprende con una propuesta que desborda los límites de lo previsible. En esta oportunidad, la artista presenta su nueva muestra en Galería del Paseo, en Manantiales, bajo la dirección de Silvia Arrozés, llevando su trabajo a un escenario comercial sin renunciar a la provocación conceptual que caracteriza su obra.
Tras su impactante retrospectiva en la sala principal del SUBTE en Montevideo —donde la tacuara se convirtió en protagonista de un lenguaje monumental— y su residencia en Bolivia inspirada en los pensamientos de Elvira Espejo, Flanagan continúa profundizando en la idea de la “crianza mutua de las artes”, entendiendo la creación como un acto de colaboración entre el artista, los materiales y las fuerzas que estos contienen.
En “No encontramos las palabras”, título más que elocuente, la artista explora justamente esa imposibilidad de decir. Su obra es una conversación abierta, un territorio de preguntas más que de certezas. El diálogo con los materiales —tacuara, lana merino, washi, tinta, pigmentos dorados— marca el pulso de una producción matérica donde el dibujo se transforma en pintura y el ensamblaje en escultura. Cada pieza funciona como parte de un sitio específico que se despliega en la sala, invitando al espectador a recorrerlo como quien entra en una constelación.
Flanagan es, ante todo, una artista intuitiva y profundamente reflexiva. La ancestralidad ocupa un lugar central en su narrativa y en su modo de vida. Sus conversaciones, como su obra, no se agotan: fluyen, se ramifican, se abren a nuevas preguntas. Nunca busca una única respuesta; propone, más bien, un pensamiento en movimiento.
Las obras de esta exposición —todas inéditas— fueron concebidas durante los meses de agosto y septiembre en el marco de la residencia en Z ArtLab, dirigida por Darío Invernizzi y Gabriela Ravier. En ellas, la tacuara —esa caña hueca y resistente que puede alcanzar hasta doce metros de altura— vuelve a ser el eje estructural de su investigación formal y simbólica.
Desde su taller en El Pinar, donde también acompaña a otros artistas en la búsqueda de su propio lenguaje, Florencia Flanagan continúa afirmando una poética que une lo ancestral con lo contemporáneo, la intuición con el pensamiento, el gesto con el silencio.
Porque, como bien sugiere el título de esta muestra, hay veces en que no encontramos las palabras, y está bien que así sea.

Deja una respuesta