Extraña forma de vida

Soy seguidor del cine de Pedro Almodóvar (Calzada de Calatrava, 1949).

Suelo ver todas sus películas y espero ansioso sus estrenos.

Pedro, como le suelen nombrar dentro del ámbito del cine, es un gran creativo y tiene una forma muy particular de llevar a escena las historias compuestas de hechos trágicos que suele compensar con una gran carga de humor y siempre todo dentro de una escenografía multicolor.

Los westerns fueron el primer género que llegó a la gran pantalla y Almodóvar con este cortometraje ha querido rendir homenaje a ellos.

Recuerdo siendo niño, tardes enteras de domingo metidos en una sala de cine viendo tres películas seguidas, donde las preferidas por los chicos y las más taquilleras siempre fueron las de cowboys.

El repiqueteo de nuestros zapatos sobre el piso de la sala era un clásico a la hora de celebrar el triunfo de los buenos en las batallas entre indios y rancheros.

John Wayne era un clásico y en mi caso las favoritas eran las actuadas por Clint Eastwood.

Pues todos esos mismos recuerdos sumado a la grandeza de Almodóvar, han sido la fuente de inspiración de este homenaje que le rinde a este género.

También este mediometraje se puede entender como un diálogo, o una respuesta si se quiere, para con “El secreto de la montaña”, que irrumpió y sorprendió llevando a la pantalla la relación entre dos cowboys homosexuales.

En este caso también la temática va por allí. Una relación oculta frente a la sociedad en el Oeste de los Estados Unidos, entre dos hombres, uno ocupando el cargo de shérif del pueblo, el otro queriendo salvar el pellejo de su hijo frente a un caso de homicidio.

Almodóvar se da el lujo de escoger al actor que quiera y en este caso no podría haberse decantado mejor.

El protagonismo recae sobre el chileno Pedro Pascal (Santiago de Chile, 1975), quien logró fama internacional con la serie “The last of us”, luego de una larga carrera en Hollywood.

Asimismo el director se valió de una figura mítica dentro del western como es el caso de Ethan Hawke (Austin, 1970), también director de cine, quien cuenta con una larga filmografía que abarca varios géneros.

No contento con dicha selección y siempre irrumpiendo, Pedro ha concedido un papel menor al español Pedro Casablanc, figura tan presente dentro del cine ibérico fundamentalmente en recientes series.

La película filmada en inglés como no podría ser de otra manera, lamentablemente dura apenas 30 minutos pues nos deja con ganas de ver más, pero es precisa, consistente y resolutiva dejando el final abierto.

Atento a sus detalles escenográficos, llama la atención la presencia de dos pinturas de la artista norteamericana Georgia O’Keeffe (1887-1986), quien justamente las hizo en sus últimos años de vida cuando se radicó en New México. Un deslice en el tiempo que solo se puede dar el el lujo de llevar a cabo un grande como Almodóvar, teniendo en cuenta que la película estaría radicada en el siglo XIX.

La película coproducida por las productoras El deseo perteneciente a los hermanos Almodóvar, así como también por la Saint Laurent, está disponible en MUBI.


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