El viajero del siglo

Con el ánimo de acercarme a escritores jóvenes latinoamericanos me interesé a su debido momento por el grupo Bogotá 39, producto de la iniciativa del Hay Festival que invitó a catorce editoriales con el fin  de seleccionar 39 narradores de ficción menores de 40 años.

Entre ellos se encuentran Santiago Roncagliolo (1975, Perú) a quien he leído y me ha gustado mucho, así como  los uruguayos Pablo Casacuberta  y Claudia Amengual ambos nacidos en 1969.

Otra razón que me llevó a leer esta novela titulada “El viajero del siglo” de Andrés Neuman  (1977, Buenos Aires), fue el hecho de haber sido galardonado con el Premio Alfaguara de Novela en 2009 motivo suficiente, amén también por su título, en virtud de mi espíritu viajero. Y es desde entonces que el libro espera en mi biblioteca para que lo escoja. No por falta de ganas, sino que lo he comenzado a leer en cuatro ocasiones y lo he abandonado por que aun habiendo avanzado bastantes paginas, no me seducía, máxime sus 531 paginas que intimidaban.

Ya me había acercado a este escritor a través de  “Como viajar sin ver” (2010) y no me había gustado, pero soy terco y curioso, así que no me detuve.

Todos hemos oído decir a críticos y escritores que para que un libro sea exitoso tiene que tener un buen enganche inicial y luego tener un gran final. Lo que ocurra en el medio correrá a cargo del animo de continuar de cada lector. Difícilmente abandono un libro por la mitad, sí por el inicio. Me ha sucedido con grandes libros que decaen en su interés en paginas centrales pero ya enganchado y con el crédito otorgado al escritor, avanzo. No era este el caso. No había con que entrarle.

Luego de mucho tiempo encima de mi mesa de luz, me propuse averiguar que quería decirme este escritor de tanto renombre en dicha novela.  

Una de las consignas de Jorge Volpi (1968, México) otro integrante de Bogotá 39, es su idea de que todos los escritores puedan escribir sobre cualquier temática independientemente del origen o país en el que habitan, para no remitirnos solo a su nacionalidad. Todo bien, pero creer, mas bien dejarse seducir por un escritor argentino y joven, relatando una historia desarrollada en el siglo XIX y en Europa, no ayuda mucho en la convicción del lector a la hora de entrar en juego. Máxime cuando se introduce en ámbitos tan particulares de corte social político de la época aunque sabemos que esto no funciona así pues de lo contrario no habría autores que escribieran sobre el pasado. Si bien es oriundo de Buenos Aires, estudió Filología Hispánica en la Universidad de Granada. Pero a la hora de meterme en el historia no es tanto el conocimiento lo que me importa, pues partamos de la base que es un novela de ficción no un libro de historia, sino la madurez que a mi criterio se requiere para analizar ciertos temas. 

Hay que reconocer que Neuman se esforzó y en determinados momentos te convence, seguramente por su formación universitaria especifica, pero la mayor parte de la novela resulta poco entretenida. No es hasta tanto entra en juego el amor, el engaño, la violencia, condimentos indispensables en toda historia que el libro se pone interesante. Y esto querido lector, recién ocurre en la pagina 266, donde a partir de una relación amorosa y prohibida, el escritor da cabida a un gran caudal de relatos interesantes, algunos con mucha carga erótica, cosa que sorprenden teniendo en cuenta la temática de sesgo cultural hasta ese momento. Sin lugar a dudas esta nota no estimulará su lectura pero no puedo opinar de otra forma. A veces los premios no son sinónimos del resultado exitoso del libro sino que obedecen a intereses comerciales de las editoriales. 

Si bien es un escritor con mucha pluma que se luce en su narrativa descriptiva así como en la forma de encarar ciertos temas, su historia es aburrida. 

De a ratos me recuerda a los escritores rusos del siglo XIX lo que no está mal pues su historia está radicada en Alemania en ese siglo, mas allá de que su mirada está definida como la de un escritor del siglo XXI, pero sabemos que hoy hay otras formas de seducir al lector con menos recursos para que comprenda determinadas situaciones.  El hecho de que la historia se desarrolle en una ciudad irreal, Wandernburgo, también me lleva a relacionarlo con Gabriel García Marques con su Macondo en “100 años de soledad”.

También, a mi entender coquetea con “Pedro Páramo” de Juan Rulfo pues en determinadas oportunidades no sabemos si se trata de una situación real o es producto de la imaginación del protagonista, por diferentes pasajes así como el caso de que nunca se devela su origen ni su edad quien llega allí de paso en un recorrido viajero y se va quedando durante toda la historia.

También introduce personajes que distraen la historia principal como el caso, del organillero que no tiene nombre, otro recurso literario que hace uso el escritor.  Casi toda la historia versa alrededor de un salón cultural del Sr Gottlieb, viudo, que invita a un público selecto en donde la estrella principal es su hija Sophie que es la pareja del protagonista.

El ámbito que desarrolla para ambientar y describir el salón, lo relaciono con el ensayo magistral de Benedetta Craveri (Roma, 1942), “La cultura de la conversación” (2004) donde hace una descripción exhaustiva de los distintos salones que habían en el Paris del S XVII donde Madame de Rambouillet, Madame de Sevigné  entre otras, muy bien desarrollado y que recomiendo.

Neuman usa muchos recursos literarios pero no logra redondear una historia en la cual marea al lector con otras secundarias donde  la principal acaba diluyéndose en banalidades que nos distraen.

En las ultimas cuatro paginas hace una descripción de los hechos donde en forma muy contraria al estilo estilístico de escritura, no usa un solo punto muy interesante como recurso innovador. 

En definitiva, hice un gran esfuerzo para leerlo, pero ya con dos me basta. Otro Neuman me costará escoger.


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Comentarios

2 respuestas a «El viajero del siglo»

  1. Avatar de Daniel Benoit Cassou

    Gracias Daniel por tu informacion!
    Ultimamete estoy leyendo libros de historia.
    Asi que no hay peligro….
    Abrazo,
    Lilian Lipischtz

  2. Avatar de Daniel Benoit Cassou

    Hola Daniel, muy interesante tu nota, y sobre todo, tus conceptos sobre las Editoriales!!! Es un faro de alerta para los lectores distraídos, que eligen por un condimento sexual o de otras hierbas o lo que es peor por los títulos que agiten los pretendidos escritores!!!
    Te mando un gran abrazo
    Haroldo Gonzalez

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