Acabado de terminar de leer una novela del libanés Rawi Hage (Beirut, 1964), llamada “El Juego De Niro”, que me gustó mucho.

Denuncia la grave situación de los jóvenes, que les toca vivir en países en guerra como Líbano, donde la triste situación que atraviesan, (ojalá fuera solo por poco tiempo), los convierte en guerrilleros.

Guerrilleros que fueron educados, para llevar adelante una vida familiar, de estudio y trabajo, que no tienen otra alternativa para sobrevivir.

Y no quiero en este, siquiera, analizar las causas de estas malas habidas guerras, sino que reparo, en la forma de relatar la guerra, de sus incidencias, a través de los ojos de un joven.

Es un gran relato que partiendo de la vida de un joven, que hubiera sido pacifista, denota la situación de un país, o de varios países, pues extrapolando llegamos a comprender otras realidades.

Es un libro, que obviamente recomiendo, de lo contrario siquiera me hubiera provocado esta nota.

Es una historia, como la novela del indio Aravind Adiga, “Tigre blanco” que tiene el mismo sesgo, que denota la situación de un país, a través de un historia de un personaje tan simple y vulgar, o también “Shalimar el payaso” de Saman Rushdie, que se me viene a la mente.

Como inciden las guerras, las civiles, fundamentalmente, en que el campo de batalla es tu propia ciudad, tu casa y tergiversan la personalidad de cada uno, convirtiéndose en un legado, que llevamos siempre.

Vayamos, donde vayamos, la guerra esta con nosotros, en nosotros.

Un relato conmovedor pero un documento casi testimonial, me atrevería a decir de las situaciones de viven estos países.

Y en homenaje a este escritor, vaya esta selección de imágenes que realice, dentro de mis fotografías recientes, pues dice algo que siempre he sentido, pero que cito textualmente como dice Rawi Hage:

“La fotografía trata de la muerte. Conserva la ilusión de un momento pasado que nunca puede recuperarse”…