Lens, Francia.
En diciembre de 2012 se inauguró una sede del Museo Nacional del Louvre de Paris, en Lens en el norte de Francia, sobre lo que fuera una antigua mina de carbón transformado en un gran parque de 20 hectáreas.
La idea era descentralizar al mismo tiempo que ampliar las salas del Louvre Paris para poder exhibir parte de las 500.000 obras que integran el acervo que el museo mantiene en sus depósitos.
Asimismo, los depósitos del Louvre-Paris corren el riesgo cuando el Sena se desborda y estos nuevos espacio permiten el traslado de gran parte del acervo.
La cantidad de obras sumado al riesgo de las inundaciones también fue motivo de decisión de construir un depósito en Liévin que albergarará a partir de la fecha de finalización en 2024, 250.000 piezas en un espacio de 18.500 metros cuadros.
Liévin queda a 200 kms de Paris y está pegado a Lens, lo que convierte al triángulo en un espacio estratégico.
La ciudad de Lens fue escogida entre un total de seis entre las cuales se encontraban Amiens, Béthune, Boulogne-sur-Mer, Calais y Valencienens
El primer año de funcionamiento la nueva sede recibió 900.000 visitantes, lo que la convirtió en un lugar de éxito.
Lens es una ciudad que luego de una época de apogeo en virtud de sus ricas minas, ha quedado paralizada en el tiempo a partir de la década de los 60 del siglo pasado.
Asimismo la ciudad había sido arrasada casi por completo durante la I Guerra Mundial, lo que dejó sendas cicatrices que ahondaban aun más el paisaje disminuido post industria minera.
Basados en el esquema que utilizara Bilbao para reactivar el turismo cuando construyeron el Museo Guggenheim en 1997 dentro de una región con industrias en declive, Lens ha encontrado una nueva forma de devolverle el esplendor que otrora gozara, colocándola dentro del mapa universal del arte.
Lens limita a solo una hora de tren con Londres a través del Eurotúnel, es vecina de Lille a solo 30 km, está muy cerca de la frontera con Bélgica y en el tren de alta velocidad se puede llegar desde Paris en una hora, lo que la convierte en un paseo diario desde la capital francesa.
De líneas totalmente diferentes a la sede central parisina la cual fue concebida como residencia de la familia real, la nueve sede de estilo minimalista, de una sola planta, fue construida por el estudio japonés SANAA dirigido por los arquitectos Kazuyo Sejima (Hitachi, 1956) y Ryüe Nishizawa (Tokio, 1956), haciendo uso de un presupuesto de 150 millones de euros.
En 2010 la pareja fue galardona con el Premio Pritzker convirtiendo a Sejima en la segunda mujer en recibir dicho premio.
En 2013 el edificio recibió el Premio Equerre d’Argent en su 31 edición.
A partir de líneas y formas simples, los arquitectos lograron un edificio que penetra en la naturaleza y viceversa.
Cuenta con seis edificios que totalizan 7.000 metros cuadrados dedicados exclusivamente a exposiciones, 3.600 metros cuadros destinados a salas de recepción y todo el conjunto ocupa 20 hectáreas.
En sus parques se plantaron 6.600 arboles a partir del proyecto paisajista de Mosbach Pasysagistes.
Las salas de exposición no siguen un criterio cronológico ni siquiera pedagógico, el mismo utilizado en la sede del Louvre en Abu Dhabi.
Esto logra un diálogo, una comunión a la vez que una confrontación entre obras de distintas época, estilos y civilizaciones que nunca habían estado unas frente a las otras, donde los visitantes pueden verse con libertad a gusto de sus deseos.
De esta forma Lens se convierte en un nuevo foco turístico, un lugar donde el fin buscado es literalmente una experiencia artística. No se pretende que los espectadores aprendan, sino que sientan, que asimilen las obras, que las hagan suyas logrando una simbiosis personal en cada visitante.
Las obras van desde el 4to milenio A.C. hasta mediados del siglo XIX.
No existen paredes. Las esculturas están colocadas sobre pedestales y las pinturas sobre paneles móviles que en algunos casos llevan vitrinas.
Desde su inauguración a fines del 2012, el museo de Lens se ha convertido en el segundo museo más visitado fuera de la región parisina, luego del Museo de las Confluencias de Lyon.
Está dirigido desde 2016 por Marie Lavendier (1969), ejecutiva que pretende lograr un diálogo entre disciplinas artísticas, épocas y civilizaciones entre las obras y los espectadores.
A partir de la inauguración del Museo Louvre Lens, la nueva zona turística ha despertado nuevos intereses siguiendo una política expansionista que el gobierno francés se propuso llevar a cabo a partir de 2003.
Este emprendimiento ha generado casi diez mil puestos de trabajos entre el museo y los centros turísticos para albergar al público que visita el lugar. La hotelería ha significado también un gran desafío lo que demuestra que el turismo puede representar un gran motor económico capaz de transformar zonas paralizadas en nuevos centros pulmotores, generadores de nuevas industrias.




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