Amazônia de Sebastião Salgado – Los Suruwahá

Están considerados como los guardianes de la selva y de una tradición intacta

Los Suruwahá son un pueblo indígena amazónico que eligió vivir en aislamiento casi total.
Hoy son poco más de 150 personas, descendientes de varios grupos arawá que sobrevivieron a epidemias y masacres en el siglo XIX y XX.

Se refugiaron en la zona interlagunada entre los ríos Purus y Juruá, en el sur del estado de Amazonas, donde mantienen una vida comunitaria en equilibrio con la selva.

Su agricultura es refinada y autosuficiente: producen todos los alimentos que consumen y celebran su fuerza física en rituales colectivos, como el transporte de enormes cestas de yuca rallada —paneiros de hasta 800 kilos— hasta el río, donde fermenta para transformarse en un manjar festivo. En la caza siguen utilizando arcos y cerbatanas con flechas envenenadas, y son reconocidos como maestros en el uso de pociones.

La sociedad suruwahá es radicalmente igualitaria

No existen jefes ni castigos, las decisiones se toman en conversaciones nocturnas y el respeto se gana en la práctica, ya sea por la destreza en la caza, en la construcción de casas o en la resistencia durante las fiestas.
Su gran maloca, de forma cónica y más de 30 metros de altura, se construye durante años y funciona como verdadero corazón comunitario.

Aunque desde 1991 cuentan con la demarcación oficial de su territorio, la política de “no contacto” sigue vigente. La FUNAI mantiene solo un puesto de avanzada a varios kilómetros de su maloca y todo visitante autorizado debe cumplir una cuarentena previa para no exponerlos a enfermedades externas.

Cosmovisión indígena

Los Suruwahá poseen también una cosmovisión particular sobre la muerte. Lo que desde fuera se interpreta como suicidio, para ellos es la acción de un espíritu vegetal que arrebata la vida, especialmente en los casos de ingestión de timbó (planta tóxica usada para pescar). Su mitología valora a quienes mueren jóvenes y fuertes, pues son los que alcanzan el plano más favorable tras la muerte.

Entre aislamiento, ritos colectivos y la memoria viva de sus “dawa” de origen, los Suruwahá se mantienen como una de las sociedades amazónicas que más fielmente preservan la vida y la visión del mundo de los pueblos que habitaron la región mucho antes de la llegada de los europeos.


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